madrid. Los cerca de trescientos inmigrantes asiáticos irregulares que viajaban en el barco de bandera norcoreana Happy Day han desembarcado ya en Guinea Conakry, país del que zarpó la embarcación, según informaron fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores.

El barco, interceptado el pasado 22 de marzo a unas 80 millas de la costa de Dakar (Senegal), ha permanecido varios días fondeado frente a Kamsar, en Guinea Conakry, hasta que este país ha aceptado el desembarco de los inmigrantes, originarios de India y Pakistán.

Antes del desembarco, la Organización Internacional de las Migraciones (OIM) manifestó ya su “disposición a intervenir”, cuando el buque llegara a puerto, para facilitar las repatriaciones.

En esa operación no intervendrá España, ya que, recordaron las fuentes de Exteriores, “el papel de nuestro país no ha ido más allá de ser el posible destino de los inmigrantes irregulares”.

No obstante, el Ministerio ha seguido con atención la situación del Happy Day desde que fue interceptado en el mar por la patrullera italiana perteneciente a Frontex, la agencia europea de control de fronteras, y ha realizado diversas gestiones diplomáticas para buscar una salida al problema. La misma fuente sostuvo que la “prioridad” del Ejecutivo español es que vuelvan a sus países de origen, aunque reconoció que se trabaja además “en otras opciones”, entre las que no descartó el traslado a otros países africanos.