El pasado fin de semana se volvió a repetir en Canarias un hecho que parecía olvidado en el tráfico irregular de personas desde la costa marroquí hasta el Archipiélago. Una patera llegó de madrugada a Gran Canaria, dejó en tierra a los pasajeros y el patrón regresó a su origen, posiblemente para volver a intentarlo.

Esa embarcación transportaba una expedición de 17 inmigrantes, de los que 13 aseguraron a la Guardia Civil ser saharauis y presentaron a los efectivos del instituto armado documentación acreditativa.

En los años 1999 y 2000 se repetía este hecho con frecuencia, coincidiendo en que eran marroquíes los miembros de la expedición y en que la patera llegaba sin ser vista en horas de la madrugada. La diferencia estriba en que no era Gran Canaria la isla de destino, sino Fuerteventura.

Desde que en la isla majorera se instaló el Sistema Integrado de Vigilancia Exterior (SIVE), terminado en 2005, que podría detectar la llegada de estas barquillas a cualquier hora, los patronos de las pateras han elegido otros puertos de llegada, por ejemplo Gran Canaria, donde todavía no se ha instalado el SIVE.

Es de esperar que los que organizan las expediciones clandestinas desde Marruecos vayan buscando los puertos que no cuentan con vigilancia, teniendo en cuenta que saben las penas de cárcel que espera a los que son localizados como patrones de las embarcaciones. Por este motivo, la patera que llegó a Gran Canaria en la madrugada del domingo al lunes, concretamente a la 1:30 horas a la playa de Arinaga, en el municipio grancanario de Agüimes, logró regresar a las costas del norte de África, de donde partió, conducida por un patrón, según la versión que han ofrecido sus ocupantes.

Una patrullera de la Guardia Civil rastreó la zona a la que llegó la patera y hasta el momento no ha encontrado ninguna embarcación vacía, agregaron las fuentes del instituto armado.

En esta patera vinieron tres menores de edad, otro dato coincidente con lo que sucedía con frecuencia en los años citados anteriormente. Los niños dejaron de llegar en las barquillas que partían de Marruecos a partir del año 2003, cuando el reino alauí firmó un memorando con España para la devolución inmediata de los menores marroquíes. No obstante, como hay dificultades para ejecutarlo, los menores que llegan se quedan en nuestro territorio.