La consejera de Empleo y Asuntos Sociales del Gobierno canario, Marisa Zamora, consideró ayer que el ataque realizado desde un cayuco por un grupo de inmigrantes a una patrullera de la Guardia Civil, a la que lanzaron cócteles molotov, es un caso aislado, y lo atribuyó al miedo y a la desesperación.

Marisa Zamora señaló a los periodistas que los inmigrantes, además de jugarse la vida en el cayuco, vienen con temor y desconocen que la Guardia Civil está para protegerles y Salvamento Marítimo para que lleguen sanos y salvos a la costa.

Al parecer, los hechos sucedieron el pasado miércoles, cuando un grupo de inmigrantes que iba a ser rescatado atacó con cócteles molotov a las Fuerzas de Seguridad de la patrullera “Río Duero” en aguas de Mauritania. La Guardia Civil localizó al cayuco y se acercó a él con la intención de interceptarlo y lograr que diera la vuelta hacia su lugar de origen, pero los efectivos fueron recibidos por los inmigrantes con objetos punzantes y cócteles molotov.

Ante el peligro de naufragar, los agentes se alejaron del cayuco, que llegó al puerto grancanario de Arguineguín el pasado fin de semana.

Un agente de la Guardia Civil se ha trasladado desde Mauritania hasta Gran Canaria para identificar a los agresores y trasladarlos hasta su país, donde serán juzgados por atacar a los efectivos que llevaban a cabo la misión de rescate.

El candidato de Coalición Canaria a la Presidencia del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero, denunció ayer “la pasividad” del Ejecutivo del Estado ante el fenómeno de la inmigración irregular, que “ha dado un salto cualitativo importante con el ataque el miércoles pasado a una patrullera de la Guardia Civil por parte de los ocupantes de un cayuco”.