Suspendido por racista

El Periodico, JOAN CAÑETE BAYLE, 11-04-2007

Diez chicas de entre 18 y 20 años, ocho negras y dos blancas, se convirtieron ayer en la imagen más repetida y en las voces más oídas de EEUU. Vestidas con su chándal rojo del equipo de baloncesto de la Universidad de Rutgers (Nueva Jersey), las jóvenes ofrecieron una rueda de prensa no para hablar de su hazaña deportiva – – se han clasificado para la final de la NCAA, la liga universitaria femenina – – , sino para responder a Don Imus – – uno de los locutores más populares y premiados del país, conocido por su estilo lenguaraz y por su ayuda a niños enfermos de cáncer – – , que en su programa de radio las llamó “mujerzuelas de cabello sucio y espeso”. La última lindeza de Imus ha creado una gran polémica y ha puesto en la picota al locutor, referente de las emisoras de la CBS y estrella matinal de MSNBC.
“Mujerzuelas de cabello sucio y espeso” (en inglés, nappy – headed hos) es una frase de profunda carga racista. Nappy – headed es un término ofensivo con el que referirse al pelo de los negros, mientras que hos es un vocablo en slang que suele ser utilizado en el hip – hop y el rap. El pasado miércoles, Imus calificó así al equipo de Rutgers en su programa de radio. Desde entonces, se han alzado contra él los líderes de la comunidad negra – – encabezada por el reverendo Jesse Jackson – – , los defensores de los derechos civiles y gran parte del país.
El locutor ha sido suspendido durante dos semanas y algunos patrocinadores han amenazado con retirarle la publicidad. En un típico proceso estadounidense de engordar la bola de nieve mediática, la rueda de prensa del equipo de Rutger en pleno fue transmitida en directo por las principales cadenas.

Ir demasiado lejos
No es la primera vez que Imus por la mañana crea controversia. El estilo del locutor – – que emite su programa tocado con un sombrero de cowboy – – es muy controvertido. “Nuestro objetivo es intentar ser divertidos, y a veces vamos demasiado lejos” dijo el lunes durante su tour mediático para pedir disculpas.
Divertido, según Imus, es llamar a una periodista negra de la cadena pública PBS “mujer de la limpieza de la Casa Blanca”. O tildar al exsecretario de Estado, Colin Powell, de “comadreja resoplante”, al Gobernador de Nuevo México de “mariquita gordo” y al crítico de The Washington Post de “narigudo chico judío”. Pese a ello, o gracias a ello, 90 emisoras de EEUU emiten su Imus por la mañana producido por la CBS – – con 10 millones de espectadores – – y la MSNBC ha convertido la transmisión en directo del programa en su referente matinal, con audiencias que amenazan a la CNN.
Todo ello está ahora en la estacada para Imus, que de una tacada indignó a negros y mujeres. Preocupados por las acusaciones de racismo y misoginia contra su estrella, la CBS y la MSNBC se vieron forzadas a suspender el programa. Las cadenas de la competencia se unieron alegremente al coro acusador, y a las horas y horas de cobertura del escándalo añadieron encuestas en las que la audiencia decía que dos semanas no son suficientes y exigían un despido permanente.
Luchando por mantener su trabajo, Imus recorrió todos los estudios habidos y por haber – – incluyendo el del influyente activista proderechos de los negros Al Sharpton – – para pedir perdón. “Soy una buena persona que ha cometido un error” y “he aprendido que no se puede hacer broma de todo el mundo, porque hay gente que no lo merece” se han convertido en sus mantras habituales.

Estilo radiofónico
Y entre las toneladas de palabras escritas y radiadas que el escándalo ha generado, también hay quien cuestiona el estilo de “radio cercana a la gente” que se ha impuesto en las ondas y del que Imus, aunque resulte difícil de creer, no es uno de sus peores exponentes. Por su programa desfilan políticos – – el republicano John McCain es un fijo – – , escritores, editores y periodistas y, dejando al margen a su impresentable productor Bernard McGuirk, en Imus por la mañana a veces hasta se hace buena radio.
Prestigio, trabajo y dinero es lo que está en riesgo para Imus que, en un intento desesperado de hacerse perdonar, ha pedido reunirse con las jugadoras de Rutgers. Ellas, demostrando que en el circo que se ha montado alrededor suyo son las que tienen la cabeza mejor amueblada, aceptaron verse con este cowboy lenguaraz que, en nombre de no se sabe qué tipo de periodismo, las ha llamado “mujerzuelas de cabello sucio y espeso”.

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