El Gobierno de Guinea Conakry ha decidido permitir el desembarco de los 300 asiáticos del “Happy Day”, que llegó a sus costas hace cinco días después de ser interceptado por Frontex rumbo a Canarias hace ya 16 días, según pudo conocer EL DÍA de fuentes diplomáticas en el país africano, quienes apuntaron que este país quitará el motor principal al buque para que no pueda navegar.

Las mismas fuentes señalaron que Guinea Conakry mantendrá retenidos, no detenidos, a la tripulación de la embarcación, hasta que se tome una determinación. Asimismo, apuntaron que en ese país africano no se ha organizado ningún dispositivo para atender o repatriar a estos inmigrantes o tomarles declaración por si son solicitantes de asilo, como sucedió en Mauritania con el barco “Marine I”.

El barco de bandera norcoreana “Happy Day”, interceptado hace ya 16 días en alta mar frente a Senegal con cerca de 300 inmigrantes asiáticos a bordo, ha permanecido casi una semana en las inmediaciones del puerto guineano de Kamsar, sin que ningún país se hiciera cargo de ellos.

Esta embarcación llegó hasta Guinea Conakry después de que Frontex le obligara a dar la vuelta cuando fue interceptada enfrente de Senegal, rumbo a Canarias.

Ni Mauritania ni Senegal permitieron al barco atracar en sus puertos y se dirigió a Guinea Conakry, que, durante estos días, también ha denegado el desembarco de los pasajeros del “Happy Day”, unos 300 inmigrantes asiáticos indocumentados.

El Ministerio de Asuntos Exteriores español solicitó formalmente a Guinea Conakry que emprendiera acciones legales contra la tripulación del “Happy Day” por “trata de seres humanos”, alegando que alguno de ellos habría podido partir de ese país, pero el Gobierno guineano asegura que este barco no salió de ninguno de sus puertos.

En opinión de las fuentes de Conakry, “nadie ha podido demostrar de qué puerto salió el barco con los asiáticos y este país africano tampoco lo ha podido confirmar”.