«Si las inmigrantes se integran en la sociedad, sus familias se integran también». Bajo esta premisa que, como coordinadora municipal de Inmigración, defiende Lucía Hernández, el Ayuntamiento de Cartagena está llevando a cabo diversos programas destinados a mejorar la convivencia entre vecinos de distintas nacionalidades y, sobre todo, a potenciar su implicación en el tejido económico, social e incluso cultural del municipio.

A través del Instituto Municipal de Servicios Sociales, varios grupos de mujeres (la mayoría de origen marroquí) acuden a cursos donde aprenden cuestiones básicas de socialización como hábitos de higiene, vacunación o acceso a los recursos sanitarios públicos.

«Les enseñamos cuándo deben llevar a sus hijos a que les vacunen, cómo pueden controlar sus embarazos o que no deben acudir a Urgencias del Hospital si es para una consulta ordinaria, que puede esperar», pone como ejemplos Hernández.

Integración laboral

En la actualidad, estos cursos están siendo impartidos en los centros interculturales del casco antiguo y de Los Dolores, y para este año se prevé ampliar el número de sedes.

Pero, además, en el barrio de Los Mateos el Ayuntamiento está aplicando un programa pionero para enseñar español y habilidades sociales, costumbres y alimentación a las inmigrantes. Y la Concejalía de la Mujer, en colaboración con la de Política Social, acaba de clausurar un curso de atención básica a personas mayores, que han realizado dieciséis mujeres procedentes de países como Marruecos, Ecuador y varios del Este de Europa.

Los responsables de este curso destacan su importancia ya que el cuidado de ancianos es una actividad de gran demanda en la actualidad y a la que habitualmente se dedican las mujeres inmigrantes que llegan a Cartagena, a pesar de carecer de los conocimientos adecuados.

«Se les está preparando para que se puedan integrar mejor en el mercado laboral. Se les prepara, por ejemplo, para que sepan cocinar con productos mediterráneos, usen productos desinfectantes para los baños y se laven las manos siempre después de terminar esta limpieza», indica Lucía Hernández.

Casas de acogida

Este curso ha tenido una duración de 150 horas, y ha permitido a las alumnas realizar prácticas en la residencia de mayores CARE, en la calle Beatas, y en la residencia Virgen del Mar, del colectivo Mensajeros de la Paz.

En breve, el Ayuntamiento va a editar una guía de información sanitaria pensada en especial para los inmigrantes, que será repartida en organizaciones no gubernamentales y diversas instituciones y entidades del municipio.

Pero las mujeres inmigrantes no sólo cuentan con recursos para mejorar su integración en el municipio, como asesoramiento laboral.

Gracias a los convenios de colaboración de Servicios Sociales con veintidós colectivos de la ciudad (como Cáritas, la Fundación Sierra Minera o la Hospitalidad de Santa Teresa) tienen dos casas de acogida en las que pueden recibir albergue si están en riesgo por malos tratos, así como ayudas económicas y acompañamiento para algún trámite administrativo.

En el último año, el área de Inmigración municipal ha atendido a casi 2.000 personas, más del doble que el año anterior.