Los inmigrantes obtendrán permisos temporales de tres años si pagan 2.600 € La Z, esa letra tan española con la que acaba el abecedario y El Zorro firmaba sus hazañas justicieras, es la última estrategia del presidente George W. Bush para sacar adelante la reforma migratoria que el año pasado tuvo que dejar aparcada. Ayer Bush volvió al puesto fronterizo de Yuma (Arizona), desde donde lanzase su fallido plan el año pasado, para destacar los éxitos y reafirmar la necesidad de un programa de temporeros.

Se le había adelantado en al menos una semana la agencia Associated Press, que dio a conocer justo a tiempo para la manifestación del sábado en Los Ángeles el plan del Visado Z que concederá permisos temporales de tres años a los inmigrantes , previo pago de 3.500 dólares (2.600 euros), cifra que ha escandalizado a la comunidad. Quizás por esa reacción ya calculada Bush prefirió dejar los detalles para más adelante y limitarse a las líneas generales con las que contentar a todos.

Para los republicanos que protestan por una frontera porosa que pone en peligro la seguridad nacional, Bush tenía buenas noticias. Sus esfuerzos para redoblar la vigilancia mediante un despliegue tecnológico y de Guardia Nacional han resultado en una reducción del 30% de las detenciones. Según Bush, los inmigrantes renuncian a cruzar la frontera porque se saben más vigilados. Para ellos también iba el mensaje: “Te lo vamos a poner más difícil, así que no lo intentes en primer lugar”, les dijo.

Algunos analistas creen que si hay un tema en el que Bush puede obtener apoyo bipartidista es este. Pero además de escribir su legado histórico llegada la recta final de su presidencia, Bush también quiere ganar puntos para su partido entre la comunidad hispana, cuyo voto cree al alcance de la mano si logra que se entierre el hacha de guerra migratoria.

Fórmula de tres pasos

De ahí la simpatía que les mostraba. “Los valores familiares no acaban en el Río Grande”, les defendía. “La gente viene para poner comida en los platos de su familia. Si no tienen una forma legal, se cuelan”. Su objetivo es encontrar una solución en algún punto intermedio entre legalizar a los 12 millones de ilegales o echarlos a todos, lo que ya advirtió es imposible “y simplemente no va a suceder”. Su fórmula de tres pasos, reforzar la seguridad de la frontera, castigar a quienes empleen trabajadores ilegales y eliminar presiones fronterizas mediante la legalización de temporeros, se estrella en este último punto que quiere resolver con los visados Z. El secretario de Seguridad Doméstica ha negociado con demócratas y republicanos la creación de este programa que Bush quiere firmar en ley este mismo año.