España gana posiciones en la clasificación de los países que resultan atractivos a las empresas para deslocalizar (sacar de un lugar para instalar en otro) algunas de sus actividades de valor añadido. Las principales ventajas españolas son su elevado grado de desarrollo y la ingente mano de obra inmigrante, con menores costes laborales. Así lo asegura el estudio Global Services Location Index presentado ayer por la consultora A. T. Kearney. Según el informe, España ocupa la quinta posición entre las naciones desarrolladas más interesantes por detrás de Estados Unidos, Canadá, Alemania y Reino Unido. En términos globales, China e India lideran la clasificación.


El estudio resalta que «España tiene la oportunidad de convertirse en un destino preferente dentro de Europa de near – shore», lo que se traduce como el proceso deslocalizador a países de costes efectivos con un desarrollo que permite importar servicios de valor añadido. Las principales ventajas de esta clase de externacionalización son la mayor rapidez en las comunicaciones, el mismo – o muy similar – huso horario, y un ámbito cultural parecido.


Un análisis que coincide con el expuesto por el Ministerio de Industria hace pocas semanas durante unas jornadas sobre oportunidades para las empresas nacionales del sector de las tecnologías y las comunicaciones.


Competitividad


El departamento dirigido por Joan Clos asegura que «España es muy competitiva en términos de calidad, especialización, capacidad de adaptación y fidelización y crea valor».


La diferencia en costes con países como China, India o, incluso, con algunos de la Europa del Este, como Polonia o la República Checa – dice la consultora – es demasiado grande. Pero frente a eso, «España podría competir con los países desarrollados en la prestación de servicios de valor añadido a través de la especialización y la calidad».