MUNDO

Bush retoma el plan migratorio que tuvo que dejar aparcado el año pasado

Concederá permisos temporales de tres años a los inmigrantes previo pago de 2.600 euros

El Correo, MERCEDES GALLEGO, 10-04-2007

La Z, esa letra tan española con la que acaba el abecedario y con la que El Zorro firmaba sus hazañas justicieras, es la última estrategia del presidente George W. Bush para sacar adelante la reforma migratoria que el año pasado tuvo que dejar aparcada. Ayer Bush volvió al puesto fronterizo de Yuma (Arizona), desde donde lanzase su fallido plan el año pasado, para destacar los éxitos y reafirmar la necesidad de un programa de temporeros.

Se le había adelantado en al menos una semana la agencia Associated Press, que dio a conocer justo a tiempo para la manifestación del sábado en Los Ángeles el plan del «Visado Z», que concederá permisos temporales de tres años a los inmigrantes, previo pago de 2.600 euros, cifra que ha escandalizado a la comunidad.

Quizá por esa reacción ya calculada, el presidente prefirió ayer dejar los detalles para más adelante y limitarse a las líneas generales con las que contentar a todos. Para los republicanos, que protestan por una frontera porosa que pone en peligro la seguridad nacional, Bush tenía buenas noticias. Sus esfuerzos para redoblar la vigilancia mediante un despliegue tecnológico y de la Guardia Nacional han resultado en una reducción del 30% de las detenciones. Según el inquilino de la Casa Blanca, los inmigrantes renuncian a cruzar la frontera porque se saben más vigilados. Para ellos también iba el mensaje: «Te lo vamos a poner más difícil, así que ni lo intentes», les dijo.

Algunos analistas creen que si hay un tema en el que Bush puede obtener apoyo bipartidista es éste. Pero además de escribir su legado histórico llegada la recta final de su presidencia, el presidente también quiere ganar puntos para su partido entre la comunidad hispana, cuyo voto cree al alcance de la mano si logra que se entierre el hacha de guerra migratoria.

De ahí la simpatía que les mostraba ayer. «Los valores familiares no acaban en el Río Grande», les defendía. «La gente viene aquí para poner comida en los platos de su familia. Si no tienen una forma legal de hacerlo, se cuelan».

Su objetivo es encontrar una solución en algún punto intermedio entre legalizar a los doce millones de ilegales o echarlos a todos, lo que ya advirtió es imposible «y simplemente no va a suceder». Su fórmula de tres pasos – reforzar la seguridad de la frontera, castigar a quienes empleen trabajadores ilegales y eliminar presiones fronterizas mediante la legalización de temporeros – se estrella en este último punto que quiere resolver con los visados Z.

Multas

El secretario de Seguridad Doméstica, Michael Chertoff, ha negociado en los últimos meses con congresistas demócratas y republicanos para la creación de este programa que Bush pretende firmar en ley este mismo año. Según las filtraciones, también ofrecería la oportunidad de obtener la residencia si los trabajadores ilegales vuelven a su país, «se ponen al final de la cola y pagan 7.500 euros de multa», dijo el presidente .

Para María López, una mexicana que el sábado se manifestó en Los Ángeles en demanda de una solución, la propuesta parece una broma de mal gusto, dijo a la prensa local. «No tenemos forma de conseguir tanto dinero, y Bush lo sabe. Lo está haciendo a propósito para que nunca seamos legales».

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