VUELTA DE HOJA

Amor fraterno

Diario Vasco, MANUEL ALCANTARA, 08-04-2007

El jueves pasado, que además era Santo y no como los otros jueves, se celebró el Día del Amor Fraterno. No se sabe si por contribuir a la fecha, el Ministerio de Defensa impulsará un Programa Nacional de Observación de la Tierra. Dos satélites controlarán la inmigración ilegal y se podrán localizar en alta mar barcos, cayucos y pateras con rumbo a las costas canarias y andaluzas. Pobres barquillas las suyas, «sin velas desveladas y entre las olas solas». Tampoco tienen un feliz viaje los buques grandes: los pasajeros del Mariner I serán repartidos entre varios países y los trescientos ocupantes del Happy Day van a ser desembarcados frente a Guinea – Conakry. Está claro que nadie ama a los sin papeles, ni siquiera el Día del Amor Fraterno. La verdad es que el amor ni siquiera es cosa del otro jueves.

La travesía de cuatro magrebíes a través del Estrecho terminó en tragedia. Uno de ellos murió de frío y otro cayó al mar cuando estaba ya cerca de las costas de Nerja. Quienes llevan el empadronamiento del cementerio marino en el que se ha convertido el Mediterráneo aseguran que, desde 1991, no menos de 5.000 muertes se han registrado en la ruta hacia España. A falta de un visado para emigrar legalmente vienen desde Marruecos, Mauritania o Senegal decenas de miles de muchachos de piel tan oscura como su porvenir. También niños y madres embarazadas intentan llegar a la orilla malagueña. Muchos desfallecen cuando ya estaban viendo bañistas y oyendo las trompetas y los tambores de la Semana Santa. Un trecho azul de mar y también hubieran divisado a las Vírgenes con miriñaque y a los Cristos exangües por las calles. Alguna procesión debería haberse desviado hacia la playa para arrojarles el madero de la cruz a los náufragos, ya que ninguno vio a Jesús caminando sobre las aguas. Seguro que le hubiese echado una mano.

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