Trabajadores que necesitan empleo y empresas que precisan mano de obra. A priori la solución parece sencilla, pero no siempre la ley de la oferta y la demanda actúa de oficio. Por eso cada día hay alguien que atraviesa la puerta de Cruz Roja en La Rioja con sus manos dispuestas para trabajar y sus ganas de conseguir un futuro mejor como cartas de presentación. El idioma y la cultura suelen ser las primeras barreras. Y allí descubrirán que no hay más que las que quieran marcarse.

Es el primer paso, el más difícil de dar pero el más gratificante si se llama a la puerta adecuada. Y la experiencia que avala a esta institución demuestra que lo es. El cierre de ejercicio del año 2006 arroja cifras esperanzadoras, sobre todo porque cada expediente esconde una historia de superación. En total participaron en el proyecto 225 personas, la mayoría de ellas mujeres – casi ocho de cada diez – . Pero sin duda el dato más relevante es el grado de inserción de quienes participan en el denominado programa ‘Red inter – labor@’.

«En 2005 encontraron trabajo el 52 por ciento de los participantes. Y en el pasado año 2006 hemos aumentado este dato hasta rondar el 60%, lo que supone un total de 133 personas. Es muy importante porque supone un aval tanto de cara a las empresas como a los demandantes de empleo que se muestran más ilusionados», explica Carlos Arriazu, coordinador del plan de empleo de Cruz Roja en La Rioja.

Este programa dirigido a la población inmigrante empezó a funcionar en el año 2002; y desde entonces se ha ido ampliando progresivamente su base de datos. «No nos preocupa la cantidad, sino la calidad del servicio que prestamos. Nosotros conocemos a las personas que acuden y tratamos de enviar a las empresas a aquellas que creemos que mejor pueden funcionar. Es un programa muy personalizado y cuidado porque de eso depende que siga en marcha», añade el técnico.

Y la respuesta de los empresarios va en aumento. En 2006 recibieron peticiones de 75 empresas. Algunas de ellas querían asesoramiento en materia de contratación de extranjeros – todo lo relacionado con trámites, documentación y, sobre todo, el último proceso de regularización – .

La primera idea que inculcan a los demandantes de empleo es que son ellos mismos los que se tienen que implicar a la hora de conseguir y aprovechar sus oportunidades. Cruz Roja hace las veces de intermediario y se encarga del posterior seguimiento de cada caso. Un proceso que contempla sesiones de orientación, tanto personalizada como en grupo, con talleres y actividades de búsqueda de empleo. También es importante la formación que realizan en colaboración con distintas instituciones como la Federación de Empresarios de La Rioja, la Cámara de Comercio, FOREM, Ibercaja o Arbacares, con el fin de cubrir toda la demanda.