El líder ultraderechista Jean – Marie Le Pen fue ayer allá donde el candidato de la derecha, Nicolas Sarkozy, no se atreve a ir. Rodeado por un impresionante cortejo de periodistas, Le Pen se desplazó desde su mansión de Saint – Cloud al barrio Val d’Argent de Argenteuil, en la banlieue norte de París, el mismo lugar donde, en el otoño del 2005, poco antes de la rebelión de los suburbios, Sarkozy dijo a sus habitantes que les iba a librar de la racaille (gentuza).
“Os agradezco que me hayáis permitido expresarme donde nuestro ministro del Interior no osa acudir”, dijo Le Pen a las decenas de personas que le escuchaban. Dirigiéndose a la gente procedente de la inmigración, les llamó “franceses a parte entera”, y les aseguró que eran “las ramas del árbol de Francia” y que podían “comprender perfectamente” por qué era “urgente aplicar la preferencia nacional”; es decir, conceder a los franceses más derechos que a los extranjeros.
“Si algunos os quieren karcherizar para excluiros (referencia a la declaración de Sarkozy en el 2005 de lanzar agua a presión contra los habitantes de las banlieues), nosotros queremos ayudaros a salir de estos guetos de barriada donde los politiqueros franceses os han aparcado para trataros de gentuza después”, afirmó el presidente del Frente Nacional (FN).
Salvo algunos gritos de “racista” o “vete”, la visita transcurrió sin incidentes, lo que fue interpretado por el entorno de Le Pen como un éxito de la estrategia dirigida por su hija Marine de convertir al FN en un partido respetable. Un sondeo de CSA publicado ayer por Le Parisien daba ya a Le Pen un 16% de la intención de voto.

“SAFARI MEDIÁTICO”
El Partido Socialista calificó la visita de “safari mediático” con el “único objetivo de ocupar el terreno dejado libre por el juego del escondite que practica Nicolas Sarkozy con la banlieue desde hace meses”. Sarkozy, en efecto, es el único candidato que todavía no se ha desplazado a los barrios conflictivos cercanos a París pese a haber anunciado en febrero una visita a Argenteuil luego anulada. Uno de sus portavoces, el exministro Xavier Bertrand, se negó ayer a comentar la iniciativa “sorpresa” de Le Pen.
Sarkozy no solo no va a la banlieue, sino que el jueves anuló una visita al barrio lionés de la Croix Rousse porque le esperaban unas decenas de manifestantes hostiles.