LA RIOJA
El fiscal pide 18 años a un rumano que violó y prostituyó a una compatriota
La joven confió en la falsa propuesta del acusado y aceptó venir a España a trabajar en la hostelería para poder costear la operación de su hija de ocho años
El Correo, , 06-04-2007El fiscal solicita una condena global de dieciocho años de cárcel para un ciudadano rumano al que la acusación pública imputa en su escrito de calificación inicial la violación y prostitución de una compatriota, a la que ofreció venir a España bajo el señuelo de trabajar en el sector de la hostelería o como empleada de hogar.
La acusación se dirige también contra la novia del procesado como autora de un delito relativo a la prostitución, y reclama para ella una pena de tres años y tres meses de prisión, además de una multa de 1.800 euros.
Los hechos que sentarán en el banquillo a ambos acusados durante dos jornadas consecutivas del mes de mayo se remontan a octubre de 2005. El principal imputado conoció a su víctima en la ciudad rumana de Tirgoviste y le propuso trasladarse a España para trabajar. Un planteamiento que aceptó sin miramientos la joven, confiada en la veracidad de la propuesta y acuciada, también es cierto, por la necesidad de ahorrar un dinero con el que poder costear la operación de su hija de ocho años, que sufría un problema en la vista.
Sin pasaporte
Tan es así que a los pocos días emprendió viaje a nuestro país en compañía de su cruel ‘benefactor’, con quien cruzó la frontera española el 29 de octubre de 2005 tras recorrer Hungría, Austria y Francia.
Desde el mismo momento de la partida el acusado advirtió a la muchacha que debía obedecer cuanto le mandara, entre otros motivos porque tenía que devolverle el dinero invertido en el viaje, objetivo para el que le quitó el pasaporte.
Una vez en España contactaron con la novia del procesado, también de procedencia rumana, y desde ese instante se desplazaron todos al Club Rioja, ubicado en la localidad de Rincón de Soto. Mientras que la también acusada se adelantó para hacer gestiones relacionadas con la instalación de ambas en la misma habitación del club, el principal procesado llevó a la joven a un descampado donde tras golpearla y amedrentarla con un cuchillo le obligó a mantener relaciones sexuales.
Desde aquel día comenzó a ejercer la prostitución bajo la amenaza del procesado y el control de su novia, siendo ésta quien supervisaba permanentemente el número de clientes que atendía y el dinero obtenido, que posteriormente entregaba a su novio.
La víctima, a la que le fue retirado el móvil al ser sorprendida hablando con Rumanía, consiguió huir del local quince días más tarde gracias a la ayuda de terceras personas.
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