El manto de acogida que extiende la Ciudad Autónoma sobre los menores es más grande de lo que debería ser. Los centros de protección de la Administración local han vuelto a sobrepasar la capacidad para la que están diseñados. Aunque de momento la sobreocupación es ligera. En la actualidad, 113 menores permanecen acogidos en las instalaciones que tiene la Ciudad, que pasa por los centros de La Esperanza, Mediterráneo y San Ildefonso, además de la guardería municipal y los pisos tutelados, cuando el número oficial de plazas se sitúa en 108.

No se trata de que se haya producido un desbordamiento, ni que la situación sea ahora mismo preocupante, pero «en cualquier momento puede haber un repunte», advierte el director general de Menores, Miguel Fábrega. De hecho no es ni mucho menos la peor situación por la que pasan los centros de acogida, que poco a poco han ido adaptándose a las nuevas necesidades, con reformas.

En la cifra de 113 inmigrantes mucho tienen que ver las batidas que los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado han estado realizando para detener a los inmigrantes. El despliegue que hizo la Guardia Civil el pasado martes en las escolleras del muelle de Poniente y en la zona de preembarque desde la que parten los barcos de mercancías se tradujo en la detención de 62 ‘sin papeles’ marroquíes, de los que siete eran menores. Los siete fueron llevados a La Esperanza. «Pero no todos se quedan, algunos dicen que son menores, pero las pruebas osométricas acaban determinando que tienen más de 18 años», pero «como saben que la prueba puede fallar muchos dicen que son menores por si cuela», puntualiza Fábrega. Otros simplemente tratan de evitar ser devueltos a Marruecos y luego se escapan para volver a las calles de Ceuta o, en algunos casos, a su país, como han detectado ya los responsables de Menores.

De los 113 chavales acogidos, 96 (el 85%) son extranjeros. En la Esperanza permanecen 60 de ellos, mientras que 23 se encuentran en el centro Mediterráneo, que se ha convertido en un nuevo centro de acogida de menores. Los pisos tutelados, la guardería y dos chavales, uno de ellos con problemas psíquicos, acogidos en centros de la Península completan la lista.

A pesar de que la cifra no es la deseada, Fábrega considera que la población de menores extranjeros no acompañados (MENA) se ha estabilizado, con la salvedad del «repunte» que han ocasionado las operaciones realizadas, sobre todo, en las escolleras del puerto.