Un total de 227 inmigrantes ilegales fueron detenidos esta semana por la Gendarmería turca en la provincia de Van (este del país) cuando se encontraban a punto de morir de frío.

Los inmigrantes – de nacionalidad afgana, paquistaní, bangladeshí e iraquí – habían entrado en territorio turco procedentes de Irán. El numeroso grupo de ilegales caminó durante tres días por el Monte Yigit, a unos 3.400 metros de altitud y soportando temperaturas de hasta 20 grados bajo cero. Siete de ellos perdieron la vida durante la travesía, mientras que otros 24 se encuentran actualmente hospitalizados. En la misma zona, en la frontera de Turquía con Irán, fueron hallados a finales de marzo los cadáveres congelados de varios inmigrantes ilegales iraníes.

Durante el año pasado, más de 100.000 inmigrantes ilegales fueron detenidos en Turquía, pero se calcula que fueron muchos más los que utilizaron esta ruta para emigrar.