vitoria. Rosa Ortiz, chilena de 55 años, ha comprobado tras cinco años en Vitoria que las mujeres inmigrantes encuentran más obstáculos que los hombres extranjeros en su día a día. Con cuatro trabajos para llegar a fin de mes, esta inmigrante denuncia la falta de derechos laborales, como la baja por enfermedad. Del mismo modo, las marroquís Hafida Mesbah, de 40 años, y Mahfonda Zaidan, de 22, profesora de árabe y camarera respectivamente, aseguran que las mujeres son las que más sufren dentro del colectivo de inmigrantes.

“No sólo somos máquinas de limpiar o de cuidar ancianos y niños, ni instrumentos explotables sin voz, somos ciudadanas, personas con los mismos derechos y deberes que el resto”, criticó Mahfonda Zaidan.

En el camino hacia una vida mejor, estas mujeres encuentran “muchas discriminaciones”, sobre todo a la hora de alquilar un piso y cobrar un salario digno. En su trabajo como voluntarias de Sos Racismo, las tres integrantes de la candidatura simbólica para las elecciones municipales del próximo mes de mayo han visto “muchas injusticias”, al estar en contacto permanente con los extranjeros.

Según valoran, las autoridades "no son capaces de ver la realidad que tienen que vivir los inmigrantes en la ciudad. “Tenemos la sensación de que nos ven como los tontos útiles”, asegura Ortiz. Las razones que les llevan a dejar su país son diversas, pero “todos los inmigrantes” salen “con la misma ilusión de la superación personal y el objetivo de sacar adelante a la familia”, afirmó. Sin embargo, Zaidan pronto se dio cuenta de que “esto no es lo que soñaba”.