El barco de bandera norcoreana “Happy Day”, interceptado hace once días en alta mar frente a Senegal con cerca de 300 inmigrantes asiáticos a bordo, permanecía ayer en las inmediaciones del puerto guineano de Kamsar, sin que ningún país se haga cargo de ellos.

Esta embarcación ha llegado hasta Guinea Conakry después de que Frontex la obligara a dar la vuelta cuando fue interceptada enfrente de Senegal, rumbo a Canarias.

Ni Mauritania ni Senegal permitieron al barco atracar en sus puertos y se dirigió a Guinea Conakry, que, de momento, también ha denegado el desembarco de los pasajeros del “Happy Day”, unos 300 inmigrantes asiáticos indocumentados.

El Ministerio de Asuntos Exteriores español solicitó formalmente a Guinea Conakry que emprendiera acciones legales contra la tripulación del “Happy Day” por “trata de seres humanos”, alegando que alguno de ellos habría podido partir de ese país, pero el gobierno guineano asegura que este barco no salió de ninguno de sus puertos. En opinión de las fuentes de Conakry, “nadie ha podido demostrar de qué puerto salió el barco con los asiáticos y si este país africano tampoco lo puede confirmar, no dejará desembarcar a ningún pasajero”.

Hasta ayer, el país guineano se encontraba en un proceso complejo de formación de un nuevo gobierno. El acuerdo entre las organizaciones sindicales y el gobierno de Conakry del pasado 27 de febrero permitió poner fin a una huelga general indefinida, con un balance de 113 muertos víctimas de los motines alentados por la imposición en el país del estado de sitio y el toque de queda.