¿Es de izquierda o de derecha la inmigración?
Diario de Noticias, , 03-04-2007P
ARA tratar de contestar este interrogante es bueno hacer un pequeño ejercicio de memoria histórica, muy recurrido, para ilustrar estas antagónicas ideologías políticas.
El día 28 de agosto de 1789, en una sesión crucial de la Asamblea Nacional , órgano en que de manera revolucionaria y radical se habían convertido los tres estados convocados por el monarca francés, en la cual se debía tomar la decisión del poder de veto para el rey, los promotores de esta institución, o sea los nostálgicos del oprobioso antiguo régimen y del despotismo que estaba a punto de caer ante la luz de los nuevos tiempos, se ubicaron a la derecha del presidente de la sala, y los partidarios de cercenar esta importante arma política de la institución monárquica, a su izquierda. Es a partir de este pasaje histórico, o hecho anecdótico (como se prefiera) acontecido en pleno desarrollo de la Revolución francesa, que se utilizan estos términos como una metáfora para dividir al mundo de la política moderna. Así, se ubican a los movimientos liberales, democráticos, socialistas, comunistas, anarquistas en la izquierda del espectro político, y a los movimientos conservadores, ortodoxos, clasistas, ultra religiosos a la derecha del fenómeno social.
Hoy en día, a pesar de que los áulicos, ideólogos, filósofos del neoliberalismo y de la injusta globalización capitalista persisten en desideologizar a las masas con su teoría del fin de la historia, es decir, que no existe ni izquierda ni derecha, persisten los mismos términos para calificar los seculares comportamientos políticos.
Sólo que quienes defienden el statu quo, a nada que profundizan o exageran sus posiciones ideológicas (para defender sus importantísimos privilegios), se encuentran con el peligro de rayar con posiciones extremas, xenófobas, racistas, homófobas, misóginas, militaristas, guerreristas, y quienes mantienen sus ideas de cambio, innovadoras, revolucionarias, de defensa de los intereses de los débiles, excluidos, desempleados, empobrecidos, en cuanto se salgan de los marcos democráticos y constitucionales (acudir a la violencia por ejemplo) para mantener, defender o imponer sus ideales, rayarían las posiciones de ultra izquierda (perseguida con saña por los estados, especialmente a partir del 11 S, con la doctrina bushiana). En algunos países, sus gobernantes confunden deliberadamente la izquierda y su extrema, con el fin de criminalizar todo tipo de protesta social.
Por estas anteriores consideraciones no se concebiría a los inmigrantes , generalmente empobrecidos, perseguidos, excluidos, vapuleados en sus países de origen, militantes de la derecha política. Por lo mismo que no lo deberían ser los obreros, desempleados y excluidos autóctonos. No tienen privilegios propios ni de clase para defender. Pero sí todo un mundo por cambiar.
Pero la realidad es otra. Entre las masas de inmigrantes existe, por lo general, una pobre cultura y apatía políticas. Esto por cuenta de los estados generadores de emigrantes, que se han cuidado muy bien de alejar a sus pobladores del conocimiento del manejo de la cosa pública; para tener masas maleables, explotables, manipulables. Además de que, para muchas gentes, cansadas de vivir en la ignominia, viendo el ejemplo con que gobiernan sus países, la palabra político es sinónima de maldad, de delincuente, de estafador, de corrupto. Los políticos ya no son vistos como los héroes griegos o romanos.
En definitiva, por lo general, hay sapientísimas excepciones, las masas de inmigrantes no saben dónde están paradas políticamente, y cuando se definen, lo hacen como lo aprendieron a hacer en sus respectivos países: detrás de las dádivas. Como clientela fija de algún grupo político.
Quienes sí están bien paradas y saben a qué hemisferio político pertenecen son las nuevas socias de honor de la asociación búlgara Rodina. La alcaldesa Yolanda Barcina, la edil Conchi Mateo y la secretaria foral Yolanda de la Rúa estuvieron lanzando al aire del ambiente búlgaro unas canas, unas risas, unas solidaridades y unos alegres bailes en el restaurante de la Ciudad del transporte, donde celebraban la fiesta cultural búlgara.
Esperemos que los recursos públicos, las solidaridades y los cariños que manejan estas tres cariátides, sobre las que descansa gran parte del peso de su partido, sea distribuido equitativa y justamente entre las organizaciones de todos los inmigrantes , y no sólo entre los nuevos ciudadanos europeos (los súbditos de Bulgaria pueden votar en la próxima justa electoral), ni tampoco entre los inmigrantes adscritos a UPN.
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