Proliferan las habitaciones subalquiladas a inmigrantes y los 'pisos patera' en Navarra

Diario de Noticias, ANA IBARRA, 02-04-2007

pamplona. En el argot de la calle se han acuñado dos nuevos términos asociados a la ocupación masiva de inmigrantes en una vivienda: ‘piso patera’ y camas calientes. No es un fenómeno de grandes ciudades, en Navarra también existen. Barrios como Milagrosa o Casco Viejo en Pamplona, y municipios como Burlada, Barañáin y Berriozar, con un parque de viviendas antiguas, son focos de pisos pateras, aunque empieza a ser un fenómeno generalizado en el conjunto de Pamplona y Comarca, además de otros municipios principalmente de la Ribera. Son modalidades de alojamiento que han degenerado en auténticas infraviviendas, las que pueden pagar los inmigrantes o a las que se ven obligados bien por el alto precio de los pisos, por el fracaso de las políticas de vivienda social o porque la población de acogida les niega la posibilidad del arriendo. Y cuando lo hacen, los propietarios exigen rentas superiores, aunque también los propios inmigrantes – principalmente los que llevan más tiempo – subalquilan todas la habitaciones de su vivienda para poder pagar su mensualidad, incurriendo además en casos de abusos (se aprovechan pasillos, baños…). Vanesa es boliviana, no tiene papeles y trabaja 10 horas al día en el servicio doméstico. Tiene subalquilada su vivienda a “varias” personas para poder mantener a su hija y a su marido que no encuentra trabajo. La propietaria sabe que los subarrienda y paga 800 euros por un piso del casco viejo pamplonés.

Teniendo en cuenta los precios de alquiler en Pamplona y Comarca arrendar un piso (800 euros mínimo) puede ser misión imposible, sobre todo durante los primeros meses de “tránsito”. La mayoría de ellos llega a nuestro país y comunidad con sus pequeños ahorros, sin un trabajo seguro, tengan o no papeles, y en muchos casos sin conocer el idioma. De este modo necesitan compartir el alquiler o subarriendan una habitación de modo que no tienen habitación propia. El piso patera habilita todas la habitaciones y pasillos para el descanso con el fin de acoger el mayor número de inmigrantes posibles, aunque la mayoría de los pisos alquila sólo habitaciones. Cada inmigrante paga entre 250 y 300 euros por habitación. Lo más tirado son las camas calientes, donde los inmigrantes establecen turnos de horas (60 euros por un colchón) para ocupar una habitación las 24 horas del día, lo que muchas veces está marcado por su horario laboral y sin que exista ninguna relación contractual con el propietario.

estudio de la upna El estudio El impacto de la inmigración en una sociedad que se transforma, elaborado por el grupo de investigación Alter de la UPNA pone de manifiesto que el 52,9% de las viviendas que los inmigrantes ocupaban en el 2003 en Navarra (10.212, el 5,2 de las totales) eran de hogares de 1 – 3 miembros, el 33,5% de 4 – 6, y más del 13,8%de 7 – 10 miembros (esta tendencia, reconoce el propio estudio, ha crecido a partir de 2003). Del análisis se deduce que al menos 1.409 pisos en Navarra acogían en el 2003 a inmigrantes en situaciones de hacinamiento (más de siete). Desde la variable poblacional, el 27,7% de los inmigrantes empadronados en el 2003 (38.741) habitaban en hogares de 1 – 3 miembros, el 42% en pisos de 4 – 6 miembros y el 30,2%, residía en hogares compuestos por siete o más personas (11.700). Un 11,18% (4.331) se alojaba con diez o más personas. La población que vivía hacinada hace cuatro años era este modo de 15.884: el 41% del colectivo extranjero. Teniendo en cuenta el crecimiento de este grupo los últimos años – en la actualidad alrededor de 60.000 inmigrantes en nuestra comunidad, el 10% de la población – este porcentaje quedaría desfasado porque en los últimos años han llegado nuevas remesas y otros tantos ya han dado el salto mejorando su situación.

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