Ecuatorianos y colombianos dejaron de llegar tras el visado

El Periodico, MANUEL VILASERÓ, 30-03-2007

Si en el Estrecho y Canarias se han desplegado patrullas y radares, el principal instrumento que utilizan España y el resto de países europeos para frenar la llegada de inmigrantes de países situados al otro lado del Atlántico es la imposición del visado. La principal medida y, a todas luces, la más eficaz. Desde que a los colombianos y ecuatorianos se les exigió el documento, cayó en picado su entrada en España. Los bolivianos son conscientes de ello y de ahí las dramáticas escenas vividas en los aeropuertos del país andino.
En los últimos años, a cada avalancha migratoria ha sucedido la imposición de visado. Entre el 2000 y el 2001 la población colombiana pasó de 40.000 a 191.000 empadronados. Se multiplicó casi por cinco. La reacción fue casi inmediata. El 1 de enero del 2002 entró en vigor el visado. En esa ocasión se argumentó que era necesario evitar la llegada de bandas de delincuentes que habían activado todas las alarmas. La medida fue tan efectiva que entre el 2003 y el 2005 la población colombiana solo creció en 21.000 personas.
Luego llegaron los ecuatorianos. Su explosión demográfica fue incluso más espectacular. De una presencia casi nula en España a finales de los 90, a finales del 2003 sumaban ya 475.000. El visado se impuso por esas fechas y al año siguiente el flujo bajó a 25.000 y durante el 2005 la población ecuatoriana incluso se redujo a 461.000.

EFECTOS NO DESEADOS
Tan eficaz es el visado que produce lo que se podría denominar efectos no deseados. Muchos ecuatorianos y colombianos invitados a congresos, celebraciones o conferencias han visto vetada su entrada en España. Y lo que es peor, familiares de inmigrantes enfermos o incluso fallecidos no han podido venir protagonizando situaciones dramáticas.
Pero la lista de países latinos a los que se exige visado no se agota con los dos anteriores. Debido a pasadas oleadas migratorias ya se les impuso la obligación a los nacionales de Perú, República Dominicana, Cuba, Haití y Jamaica, estos dos últimos a petición de Francia.
Quedan aún varios estados libres de la exigencia del documento, como Chile, Venezuela, Uruguay y Argentina, aunque este último país estuvo en un tris de ser incluido en la lista. El Gobierno del PP tenía previsto proponer su inclusión en el 2002 coincidiendo con la profunda crisis que vivía el país y la fuga de su población a los países mediterráneos. La difusión del proyecto en plena cumbre de la UE – Iberoamérica desató la ira de los mandatarios latinoamericanos que lograron que el Gobierno español lo archivara.
Las bondades del visado quedaron probadas, a sensu contrario, cuando en la misma fecha que se impuso a los colombianos se eliminó para los rumanos. Entonces no llegaban a 100.000 y hoy (ya ciudadanos europeos), se acercan al medio millón.

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