PABLO MINGOTE

MADRID. Al igual que sucede con la sociedad en general, la configuración de la población reclusa ha cambiado en los últimos años. Así, se ha pasado de 7.642 presos extranjeros en el 2000 a 20.643 en 2006 (el 32,2% del total de reclusos). Los datos los ofreció la directora general de Instituciones Penitenciarias, Mercedes Gallizo, durante las jornadas «La intervención de las ONG en centros penitenciarios». Hay que recordar que los inmigrantes representan el 10,8% de la población de España.

Gallizo quiso matizar, e indicó que la mayoría de estos presos «forma parte del mundo de la exclusión y la pobreza, y al igual que en la delincuencia nacional, el porcentaje de alta peligrosidad es bajo».

La directora general de Instituciones Penitenciarias aseguró que las ONG «tienen un papel que difícilmente puede cumplir la Administración Penitenciaria», además de «un extraordinario valor» por la transmisión «de una idea más real de lo que es una prisión».

Una acción social en la que participan 466 ONG en las cárceles españolas, con la intervención de 5.289 personas en programas de inserción laboral, reinserción social, trabajo con colectivos específicos (mujeres, inmigrantes, jóvenes…), programas sanitarios, prevención de la drogodependencia y formación social y ética.