LAS TRABAJADORAS del hogar que pernoctan en los domicilios de sus empleadores y además proceden de otros países son quienes sufren las peores condiciones laborales dentro del sector. Según explicó Liz Kintana, portavoz de la Asociación de Trabajadoras del Hogar de Bizkaia «las internas están bajo la supervisión constante del empleador», a lo que se añade el desembarco de trabajadoras extranjeras «porque las de aquí son más reacias a cumplir tareas de cuidado de personas mayores y dependientes».

De las experiencias de las 140 mujeres que se acercaron físicamente a las delegaciones de la asociación en Bilbao, Barakaldo y Basauri en busca de asesoramiento y las consultas realizadas vía telefónica se desprende que «un amplio 79% trabajó más de diez horas diarias y un 21% entre ocho y diez horas». Sin embargo, esta dedicación no se vio recompensada con un sueldo acorde al tiempo que invirtieron. Así, el 94%no percibió el salario mínimo en función de la jornada, «teniendo en cuenta que por 60 horas mensuales, que la mayoría alcanza y supera, se deberían cobrar 811 euros cuando la media se sitúa en 780». Sin contar con la figura del pago en especie, es decir, «descontar parte del sueldo en concepto de comidas y alojamiento».

Gran cantidad de las reclamaciones se referían a los periodos de descanso en el desempeño de su trabajo. Un 64% no dispuso de ellos entre jornada y jornada, «y en algunos casos ni siquiera se les permitió abandonar el domicilio». Respecto a las vacaciones, el 47% disfrutó de 30 días pagados, sin embargo «al 41% no se las pagaron ni las disfrutó». En la seguridad social presentan mejores datos, pues «un 29% no están dadas de alta, en contraposición al 41% de las externas que trabajaron más de 20 horas semanales».

Trabajadoras externas

Por lo demás, el 70% de éstas trabajó a tiempo parcial, una cuarta parte de las cuales lo hizo entre 30 y 39 horas de ellas el 40% no cobró el salario mínimo Un 60% de las que fueron contratadas para todo el día dedicó más de 40 horas semanales, ninguna de las que sobrepasó las 50 horas, dos de cada diez, recibió el salario mínimo, y el 20% de las trabajadoras a tiempo completo permaneció más de 60 horas a la semana al cuidado de personas dependientes.