Un grupo de adolescentes del centro de acogida Zabaloetxe de Loiu se amotinó el pasado martes y causó destrozos en el comedor «porque la comida ofrecida no era de su agrado», según denunció ayer a través de una nota el equipo educativo del módulo de acogida de la institución. Tanto la Diputación como la dirección del centro restaron importancia al incidente, originado por la exigencia de algunos internos musulmanes de que se les sirvan alimentos ‘halal’, acordes con sus creencias.

El incidente tuvo lugar sobre las 20.30 horas, cuando cuatro menores se levantaron de la mesa y comenzaron a insultar y amenazar a los educadores. Según el equipo educativo que firma la nota, los jóvenes «incitaron al resto de compañeros que se encontraban cenando tranquilamente para que se aliaran con ellos y se amotinaran contra la dirección. Varios se unieron a los alborotadores y comenzaron a destruir el comedor». Los adolescentes «amenazaron con tenedores a los educadores, que se interpusieron para que no atacasen a la cocinera, tiraron todas las mesas y sillas del comedor, rompiendo vajillas y cristales de las ventanas». Finalmente los responsables pudieron poner fin a la rebelión, «sin dejar de sufrir amenazas e intentos de agresión».

Según la dirección del centro el incidente no tuvo la gravedad que señala el comunicado. Los jóvenes, de origen norteafricano, protestaron porque «quieren mantener sus costumbres y exigen comer carne sacrificada según el rito musulmán, conocida como ’halal’», según explicó Carlos Sagardoy, director de Zabaloetxe. Este responsable aseguró que la disputa del pasado martes fue un incidente «rutinario», y que no fue más allá de un altercado «sin gravedad». Los educadores que denunciaron el incidente afirmaron que algunos de los menores ya habían amenazado en varias ocasiones a los trabajadores del centro «con quemar el pabellón de acogida con el resto de menores dentro» si la dirección no accedía a cambiar los menús.

Conflictos de convivencia

Mientras, la Diputación también restó importancia a la trifulca, que fue protagonizada «por un menor secundado por un reducido grupo» y que se saldó «sólo con dos cristales rotos e insultos». Un portavoz de Acción Social aclaró que «el centro procura que la alimentación de estos adolescentes sea lo más equilibrada y completa posible». Para este departamento, lo ocurrido es el resultado de los problemas naturales derivados de la convivencia: «Son muchos menores, sin referentes familiares, provenientes de otra cultura y que están además en plena adolescencia, es normal que de vez en cuando se produzcan conflictos».

El director de Zabaloetxe avanzó que «próximamente nos pondremos en contacto con la empresa proveedora del ‘catering’ para barajar posibles ofertas, ya que el ‘halal’ es más caro». Sagardoy aclaró que en el centro no se sirven alimentos considerados impuros por los musulmanes, como los derivados del cerdo, y que se respetan las horas de las comidas propios de los periodos de Ramadán.

Zabaloetxe generó varias quejas vecinales en el pasado a causa de altercados de algunos menores con los residentes de Loiu. Pero ahora «la cosa está más tranquila. A los chavales apenas se les ve por el pueblo», según Javier Rosales, residente en la localidad. Jesús Aurrekoetxea y Valeriano Goikoetxea, también vecinos, coincidieron en que nunca se habían sentido «afectados por ningún incidente» y que «ya no se oye a la gente protestar por su presencia».