El barco italiano de la Agencia Europea de Fronteras (Frontex) que vigila las aguas africanas para impedir la salida de cayucos ha interceptado un barco con unos 200 asiáticos a bordo.

Al parecer, el buque llevaba varios días localizado, pero hasta ayer no fue finalmente detenido entre aguas de Cabo Verde y Senegal. En principio, las costas más cercanas son las de este último país, por lo que habría que remolcarlo hasta allí. Sin embargo, Dakar ya se negó en su día a que el buque Marine I, que viajaba con 169 sin papeles a bordo, atracase en sus costas.

El Frontex lleva las negociaciones con sumo sigilo porque quiere evitar a toda costa que se reproduzca el culebrón del Marine I. El buque fue descubierto en aguas de seguridad senegalesas, pero el puerto más cercano era Nuadibú, en Mauritania. Las autoridades de este país se negaron a acoger a los inmigrantes y el Gobierno español tuvo que emplearse a fondo para que permitiesen su desembarco.

De hecho, 40 días después de tomar tierra más de un centenar de los ocupantes del buque continúa todavía en Nuadibú a la espera de su repatriación. Un total de 115 paquistaníes tiene prevista su salida para el 28 de marzo. Sólo queda por determinar el futuro de 23 inmigrantes, que han presentado muchas dificultades y de los que ningún Gobierno se quiere hacer cargo.