pamplona. La gran mayoría de los navarros, el 89,9%, se muestra partidario de que las instituciones desarrollen medidas que faciliten la integración de los inmigrantes. Ésta es una de las conclusiones que se extraen de la última encuesta del Instituto de Estadística de Navarra y que también señala que la aceptación de los extranjeros viene ligada al equilibrio en su implantación territorial. En relación con esta cuestión, diversos colectivos sociales celebraron ayer una manifestación de rechazo al racismo y la xenofobia en el día mundial que denuncia estas lacras.

El estudio realizado por el IEN pone de manifiesto que la aceptación de los inmigrantes es mayor cuando los encuestados se refieren a un ámbito cercano, como el barrio, mientras que desciende cuando la referencia se amplía a cotas de mayor dimensión, como la propia comunidad. Así, mientras que el 75,2% de navarros consideran que el volumen de extranjeros es escaso o adecuado cuando se les pregunta sobre su entorno más cercano, éste porcentaje se reduce al 44,3% al referirse a Navarra.

De todos modos, el estudio alerta de que son las personas que viven en entornos con un alto porcentaje de extranjeros quienes más perciben su presencia como “excesiva”. De este modo, la aceptación del fenómeno de la inmigración viene ligada a una distribución territorial equilibrada de este colectivo.

regularización En relación a las medidas a adoptar para facilitar la integración, el 90% de los navarros se muestra favorable a que las instituciones pongan los medios necesarios para evitar la exclusión social, aunque este apoyo desciende a medida que se plantean medidas concretas. En este sentido, el 91% de los encuestados apoya la regularización de quien entró legalmente en el país, algo que se reduce notablemente (51%), cuando se hace referencia a regular a todos los extranjeros.

Desde SOS Racismo, que ayer participó en una marcha convocada por más de una veintena de organismos sociales, señalaron que las propias encuestas, unidas al “bombardeo mediático”, son elementos que favorecen la aparición de “prejuicios” hacia el colectivo inmigrante, al tiempo que apostaban por una política de integración real y que llegue a todos los sectores.

La manifestación contra el racismo y la xenofobia, que partió a las 8 de la tarde desde la plaza del Castillo, se desarrolló sin incidentes y en medio de un intenso frío. Los convocantes recordaron que hasta octubre de 2006, 81 inmigrantes fueron expulsados de la Comunidad Foral y denunciaron el “racismo institucional” que crea dos regímenes jurídicos, uno para los ciudadanos del Estado y otro para los propios inmigrantes, a quienes se niegan derechos como el voto. >a.p.m.