El Ministerio británico de Educación emitió ayer martes una guía sobre los uniformes escolares que invita a los directores de colegios a prohibir que las alumnas de religión musulmana luzcan un velo que les cubra el rostro. El anuncio fue recibido con opiniones diversas por asociaciones islámicas.

La guía hecha pública por el Ministerio es un documento consultivo pero necesario tras la proliferación de situaciones conflictivas en escuelas del país y de que los tribunales tuviesen que fallar en dos casos sobre la prohibición de acudir al colegio con determinados tipos de velo.

En los dos casos, los tribunales han fallado en favor de las escuelas y la guía ministerial emitida este martes lo recuerda antes de recomendar que cada escuela consulte con padres de alumnos, con la comunidad en la que opera y el ayuntamiento que la financia sobre la política adecuada de uniforme.

Tras afirmar que esa política «puede integrar muchos de los requisitos de los grupos religiosos» y pedir que la escuela «actúe de manera razonable» para integrarlos, la guía advierte que «la libertad de manifestar religión o creencia no significa que un individuo tiene derecho a manifestar su religión a toda hora, en cualquier lugar o de una manera determinada».

Una vez hecha la consulta y «sopesados los intereses de cada grupo», la escuela, dice la guía, puede descubrir que todos los intereses no son compatibles y entonces el director del colegio puede adoptar una decisión sobre el uniforme en la que le incita a considerar varios factores.

Preferencias

El que más interés suscitó este martes fue el que afirma que no tiene por qué satisfacer la preferencia indumentaria de un grupo cuando «obstaculiza la enseñanza o el aprendizaje: si el rostro de un alumno está tapado por cualquier razón, puede que el profesor no logre valorar su compromiso con el aprendizaje o asegurar su participación en debates o actividades prácticas».

El viceministro de Educación, Jim Knight, remachó el contenido de la guía señalando que «la educación debe tener preferencia». Massoud Shadjareh, de la Comisión Islámica de Derechos Humanos, dijo que la guía «va contra las comunidades musulmanas» y la calificó de «chocante».