La pedanía de Ramonete vivía ayer mañana una inusitada calma y tranquilidad «casi olvidada», según los vecinos. Por las calles de los núcleos de población y los caminos apenas si se podían encontrar inmigrantes. Sólo a las puertas del consultorio médico, que un día antes acogía el centro de operaciones del operativo policial para desmantelar los asentamientos ilegales de inmigrantes, se agolpaban una decena que aparecían sentados en uno de sus bancos.

Ayer, muchos faltaron a su trabajo en los invernaderos de tomate, bróculi y alcachofa. Unos lo hicieron, según contaban, porque querían descansar después de los sucesos vividos en las últimas horas. Otros, no volverán, ya que han emprendido su marcha a otros lugares donde se sientan «menos perseguidos por la policía».

Entre los inmigrantes que aún permanecen en Ramonete cierta indignación. Dicen que sienten «temor» a que se produzcan nuevas redadas policiales. Y ante la presencia de cualquier extraño la pregunta es obligada: «¿Sois de la policía?». En algunos caminos se podía ver a inmigrantes, maleta en mano, que emprendían la marcha. «Se han ido muchos compatriotas a Almería, a la zona de los invernaderos. Allí hay trabajo y no hay redadas de la policía», afirmaba Yaser Rabat, quien también está pensando en huir.

Desde que el viernes comenzaron a verse los primeros movimientos de la policía, aseguran, que decenas de magrebíes se han marchado. «Cogieron sus cosas y se fueron. Muchos, muchos se han ido porque no querían que los detuviese la policía. Se han ido los que no tenían papeles, aunque también otros que sí los tienen porque aquí no hay mucho trabajo», añadió Mustafá Judirak.

Entre los inmigrantes magrebíes se ha corrido la voz de que las operaciones policiales van a continuar en los próximos días, que habrá más redadas. «Hoy [por ayer] se han marchado muchos, pero pienso que habrá más que lo hagan por miedo a que los cojan. Algunos pudieron huir campo a través y han pasado la noche en las montañas, pero no quieren que les manden a Marruecos», cuenta Jaser Rarif. A lo lejos observan como las máquinas siguen trabajando en los campamentos ilegales. Las excavadoras y camiones trabajan en el desescombro de sus chabolas.

«No hay derecho que hayan tirado nuestras casas», se quejan. Mientras, muestran los documentos que la policía les ha expedido en los últimos días. La mayoría apenas balbucean el español. En un francés medio piden que se les explique qué dice en esos papeles. En la mayoría se indica que tienen 48 horas para presentar documentación que certifique que están en nuestro país de forma legal.

Mientras, los vecinos de Ramonete se muestran desconcertados, ya que no saben qué pasará a partir de ahora. En las últimas horas vehículos policiales no han cesado de patrullar la pedanía. «Durante toda la noche ha habido tres patrullas que han ido de un lado a otro», contaba Francisco García. En las montañas, según relataban, apenas se ha visto movimiento. «Había cientos de inmigrantes, pero no sabemos dónde están, han desaparecido», señalaba otro vecino, Javier Serrano.

Lo que sí piden los vecinos es que se vigile lo suficiente para evitar nuevos asentamientos. «No queremos que Ramonete quede en el olvido nuevamente y que poco a poco los campamentos se vuelvan a reproducir. Hay que evitar la situación de inseguridad que hemos vivido desde hace muchos años», concluyó Carlos Martínez.