El asesino de «Manu» saldrá en cuatro años

La Razón, 21-03-2007

MADRID – José Manuel M. L., alias «McGrady», el ecuatoriano que hace dos
años asesinó en un parque de Villaverde a Manuel González Carmona, Manu,
de 17 años, irá finalmente a la cárcel. Sin embargo, la condena, que fue
conocida ayer, es la más leve posible por homicidio, y exactamente la que
pedía la defensa: 10 años (el fiscal solicitaba 12 y la acusación
aprticular 15). Teniendo en cuenta que «McGrady» ya lleva en prisión
preventiva casi dos años (los hará en mayo), y como confirmó su abogado
defensor, Manuel Alonso, en menos de ocho meses estará capacitado para
pedir permisos de fin de semana (concedidos discreccionalmente por
instituciones penitenciarias), y en cuatro años y medio podrá tener la
condicional. Una libertad que podría llegar antes incluso, comenta Alonso,
«si se le consigue un trabajo». El defensor mostró ayer la lógica
satisfacción por haber conseguido sus objetivos profesionales. La
posibilidad de que el caso fuese juzgado como asesinato había sido
descartada el pasado nueve de marzo por el jurado popular, compuesto por
siete hombres y dos mujeres. «Era lógico, ya que la acusación pedía
alevosía sorpresiva, y ésta quedaba descartada por el hecho de que los dos
implicados habían quedado expresamente para pelearse», explica Alonso. Un
caso de Alevosía sorpresiva sería, por ejemplo, el de un hombre que sin
previo aviso empuja a otro, al que no conoce, arrojándolo a las vía del
tren para que este lo atropelle. El abogado reconoció, sin embargo, que
«es lógico que este tipo de decisiones causen alarma social». Frustración
En la casa que fue de «Manu» no hay alarma social, de hecho Josefa, la
madre del fallecido, ya apenas sale de su domicilio. Tan sólo se palpa una
desolación profunda y una indignación a flor de piel. Ella afirma que
recurrirá la sentencia, y enumera las serie de detalles que deberían haber
inclinado la balanza hacia una pena más dura, en su opinión. «Fue una
puñalada en el vientre y otra que entra en un ventriculo, luego pasa al
otro y al final traspasa la pleura y perfora el pulmón. Así que imaginate
si no estuvo tiempo moviendo la mano allí», narra, con un hilo de voz. «La
navaja estaba cortada en la punta, para hacer más daño», añade. Además, un
testigo avisó a la policía poco antes de la pelea al ver como el asesino
se dirigía al lugar de la gresca con «algo grande» escondido entre los
pliegues de sus ropas. A la vista de todos estos datos, sencillamente no
entiende lo que ha pasado. Su amargura se descarga también contra el
jurado popular. «Prefirieron no implicarse», dice, «y no lo entiendo,
porque son gente como nosotros, que viven en los peores barrios y saben lo
que pasa en ellos». De los 150.000 euros de indemnización para la familia
asume que no verá un duro, al menos por ahora, y en cuanto al supuesto
arrepentimiento del asesino, no se cree nada. Estrategia judicicial Para
ella se trató de una mera estrategia judicial. «Es una persona que ha
vivido de esa manera desde pequeño, con esa ley. También me duele que se
haya insistido tanto en el hecho de que no hubiese racismo en el juicio.
Cuando ese apuñaló a mi hijo no pensó en nada, y hay gente que afirma que
luego estuvo pavoneándose afirmando que se había cargado al blanquito».
«La penas deberían ser ejemplares si se quiere crear una sociedad mejor»,
termina. Desde el punto de vista del abogado defensor se ven las cosas de
modo inevitablemente más pragmático. «De nada sirve quejarse por una
aplicación adecuada de la ley. En todo caso habría que intentar cambiar
las leyes».

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