Actualidad: Economía
"El Periódico". GUATEMALA: "Las remesas no son la panacea para la pobreza"
Donald Terry, gerente general del Fondo Multilateral de Inversiones (Fomin), señala que estas no benefician a los ciudadanos más pobres de Latinoamérica.
Prensa Latinoamericana, , 20-03-2007Si bien las remesas contribuyen a que el 40 por ciento de las 20 millones de familias latinoamericanas que las reciban no estén bajo la línea de la pobreza, estas no son la panacea para resolver la extrema pobreza, porque los ciudadanos más pobres no tienen la posibilidad de migrar, declaró ayer Donald Terry, gerente del Fondo Multilateral de Inversiones (Fomin), al presentar el estudio Remesas y Desarrollo 2006.
Terry desmitificó algunas concepciones que se tenían de las remesas, y señaló que los países de Latinoamérica recibieron US$62 mil 300 millones en 2006, cuatro veces más que toda la cooperación e Inversión Extranjera Directa (IED) que llega a la región, y prevé que estas alcanzarán los US$100 mil millones para 2010.
¿son buenas o malas?
Terry señaló que si bien las remesas generan un beneficio para los países que las reciben y son un programa efectivo contra la pobreza, advirtió que el hecho de que Latinoamérica sea la región del mundo que más remesas recibe no es bueno. El incremento de las remesas quiere decir que las economías de la región no están generando suficientes empleos y oportunidades para sus ciudadanos, lo que provoca un exceso de mano de obra que decide migrar en busca de trabajo, agregó.
¿Lavado de dinero?
Colombia recibió US$4 mil 200 millones en 2006. ¿Cuánto de esa cantidad es lavado de dinero?, Terry explicó que se necesitaría de una gran conspiración criminal que involucraría a unas 10 mil personas enviando el doble de la remesa promedio (entre US$200 y US$300) mes a mes para poder juntar una cantidad importante. ¡No es así como se lava dinero! Para hacer eso mejor se compra un banco o una flotilla de lanchas rápidas o aviones, indicó.
¿Fuga de cerebros?
Respecto a una mayor cantidad de migrantes con educación completa, incluidos profesionales universitarios que deciden migrar, Terry indicó que una encuesta realizada el año pasado entre migrantes latinoamericanos en EE.UU. reveló que el 56 por ciento no tenía trabajo en su país de origen y el otro 44 por ciento respondió que les pagaban muy poco, entre US$100 y US$150. “Si la gente profesional no tiene oportunidades en su país de origen, igual se va a ir”, dijo.
¿Adictos a las remesas?
Guatemala recibió US$3 mil 610 millones en 2006, es el cuarto país de Latinoamérica que más remesas recibe después de México, Brasil y Colombia, representando más del 10 por ciento de su economía y sostienen a un millón de familias. ¿Cuál es el riesgo de esa dependencia? Terry señaló que si bien las remesas van a seguir creciendo en el corto y mediano plazo, debido a la demanda de trabajadores en EE.UU., en el largo plazo los hijos de los migrantes dejarán de enviarlas y hay que estar preparados para ello, hay que tratar de usar las remesas para evitar que en el futuro más personas tenga que migrar ante la falta de empleos y oportunidades.
Respecto a las deportaciones de migrantes por parte de EE.UU., señaló que su economía precisa de más trabajadores, y si estos no estuvieran allí grandes sectores de su economía colapsarían y sería una catástrofe.
Por último, Terry resaltó la necesidad de que las remesas se canalicen por el sistema financiero para que los migrantes acumulen un historial que les permita ser sujetos de crédito y acceder a cuentas de ahorro, seguros, pensiones y préstamos para comprar una casa o montar un pequeño negocio; el próximo desafío es darles más opciones para que puedan usar las remesas para apalancar su futuro, concluyó.
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