Se trata de un menor afro-norteamericano de siete años que fue arrestado ayer en Baltimore y trasladado llorando a la central de policía. Luego fue entregado a sus padres a quienes le pidieron disculpas.

En la central, el chico fue esposado e interrogado y se le tomaron las huellas digitales y fotografías, antes de ser entregado a sus padres, según la agencia Ansa.

Los padres del niño protestaron ante las autoridades de Baltimore por el tratamiento al que fue sometido su hijo.

La alcaldesa de la ciudad, Sheila Dixon, se excusó con el niño y sus padres.

El jefe de la policía abrió inmediatamente una investigación sobre el episodio.

El niño vive en el barrio más pobre de la ciudad, donde habita la comunidad negra.