Aunque el plazo concluyó ayer, habrá que esperar a que el Consejo Constitucional publique el lunes la lista oficial para saber si serán 11 o 12 los candidatos a la elección presidencial en Francia.


Mientras los representantes de los partidos minoritarios protagonizaban una enloquecida carrera para completar las 500 firmas de alcaldes necesarias para concurrir a la cita con las urnas el 22 de abril, los dos grandes aspirantes han empezado a hacer frente a algunas deserciones entre sus filas.


La más flagrante es la del hasta ahora ministro para la Igualdad de Oportunidades, Azuz Begag, quien protagonizó una sonada bronca con el ministro del Interior, Nicolas Sarkozy, durante la crisis de los barrios. Ayer la remató haciendo oficial su rechazo a que éste se convierta en presidente, harto de que se use a los inmigrantes «como cabeza de turco cada vez que llega una elección presidencial».


La propuesta de Sarkozy de crear un «ministerio de inmigración e identidad nacional» demuestra para Begag que se dirige «a las ovejas descarriadas del Frente Nacional para llevarlas al redil republicano». Y ante la actitud del todavía ministro del Interior de hacer de la inmigración «carne de cañón electoral», ha decidido apoyar públicamente al centrista François Bayrou.


Pero no es la única crítica que ha tenido que oír Sarkozy tras su anuncio de crear ese departamento que levanta incluso las sospechas de los más recientes aliados. La centrista Simone Veil, presidenta de su comité de apoyo, también hubiera preferido que el líder de la UMP hubiera sustituido por «integración» ese añadido al ministerio que despierta recuerdos del nazismo que ella sufrió. Aún así, seguirá a su lado, porque lo considera mejor que Bayrou.


Enemigos en casa


A la candidata socialista, Ségolène Royal le ha salido también un enemigo en casa: Eric Besson, responsable económico de la ejecutiva del partido hasta su dimisión el mes pasado, asegura que no votará por ella. En su libro ¿Quién conoce a Madame Royal? , que aparecerá el martes, la acusa de «populismo», de «usar y abusar de la demagogia» y de estar motivada «sólo por su propia gloria».


Sarkozy es el único que según los últimos sondeos pasaría con claridad a la segunda vuelta, con el 29% de los votos. Su rival, un misterio: Ségolène Royal y François Bayrou aparecen empatados con un 23%. En la segunda vuelta, el candidato de la derecha ganaría por un 53,5%.


El ultraderechista Jean – Marie Le Pen, quien sí logró las firmas para formalizar su candidatura, ha anunciado que presentará una querella contra dos institutos de opinión a los que acusa de perjudicar sus intereses. También consiguieron los apadrinamientos necesarios tres trostkistas, una ecologista, dos tradicionalistas¿. y queda en el aire la duda de José Bové. El líder altermundialista no pudo decir si tenía o no las firmas cuando las presentó, a media hora del cierre del plazo.