Dos embarcaciones con 89 inmigrantes a bordo fueron interceptadas ayer a escasas millas del litoral canario y conducidas hasta el puerto tinerfeño de Los Cristianos. Aunque algunas voces ya han interpretado esta llegada como la avanzadilla de una nueva ‘temporada’ de cayucos, el delegado del Gobierno en Canarias renunció a hacer pronósticos sobre la posibilidad de que el fenómeno «se relance», si bien recordó que «las necesidades humanas siguen estando ahí».

El primer cayuco fue avistado por un pescador a las siete de la mañana, cerca ya del puerto tinerfeño de Las Galletas. La embarcación, remolcada a tierra por el ‘Río Palma’, estaba ocupada por 45 personas, de las que seis son probablemente menores. La segunda patera fue localizada por los tripulantes del pesquero ‘Iriana’ cuando navegaba entre las islas de La Gomera y Tenerife, según explicaron fuentes de la Delegación del Gobierno y Salvamento Marítimo. La patrullera ‘Alpheraz’ trasladó hasta Los Cristianos la embarcación, con 44 varones adultos a bordo. Los indocumentados fueron llevados a la comisaría de Playa de las Américas.

El delegado del Gobierno, José Segura, se congratuló de que, en los tres primeros meses de 2007, el operativo de la agencia europea Frontex en el que participa la Guardia Civil haya logrado interceptar más de una docena de cayucos, a los que ha obligado a regresar hasta la costa de origen. Precisamente, el pleno del Parlamento Europeo respaldó ayer un informe que propone estudiar la creación de un cuerpo comunitario de guardacostas para ayudar a las regiones más afectadas por la llegada de ‘ilegales’, además de pedir un control «permanente» del impacto de la inmigración irregular en las islas de la UE.