Violentas protestas en la visita de Bush a México

Los presidentes de ambos países buscan relanzar nexos centrados en inmigración y el narcotráfico

Canarias 7, EFE México, 14-03-2007

EFE
México

Los presidentes de México y EEUU, Felipe Calderón y George W. Bush, coincidieron en Mérida en la importancia que tienen la reforma migratoria y el combate al narcotráfico en la relación bilateral.

La jornada tranquila de los mandatarios contrastó con las violentas protestas que se sucedieron por la tarde en Ciudad de México, ante la embajada de EEUU, y por la noche en Mérida, donde 46 personas han sido arrestadas por actos vandálicos contra el Palacio Municipal.

En las sesiones de trabajo Bush se comprometió en la Hacienda Temozón ante su homólogo mexicano a hacer “todo lo que pueda” para lograr aprobar una reforma migratoria exhaustiva e integral aunque aseguró que su país aplicará “el mandato de la ley” a la hora de actuar contra la inmigración ilegal.

El gobernante estadounidense se declaró consciente de la importancia de este asunto para México y partidario de que los mexicanos sean tratados “con dignidad y respeto” en Estados Unidos.

Por su parte Calderón, quien ha prometido que hará más por vincular a México con América Latina, reiteró que los lazos con Estados Unidos son los más importantes para México.

Quizás el asunto en el que Calderón mostró más firmeza ante su colega estadounidense fue al pedirle la “activa participación” de EEUU en el combate al tráfico de droga y, en particular, en la lucha contra la demanda de estupefacientes en ese país.

“Para tener éxito en esta lucha necesitamos la colaboración y la activa participación de nuestro vecino a sabiendas de que mientras no se reduzca la demanda de droga en muchos sectores, será muy difícil reducir el suministro”, dijo Calderón.

El presidente de México ha emprendido en sus tres primeros meses de Gobierno una cruzada contra la inseguridad y ha movilizado a más de 25.000 militares en la lucha contra los cárteles mafiosos, un gesto que incluso el propio Bush saludó.

“Usted ha establecido una ambiciosa agenda que va a requerir un trabajo muy duro pero tengo la confianza de que trabajando juntos construiremos una mejor vida y un futuro mejor para nuestros pueblos”, dijo Bush.

En una primera valoración de los hechos por parte mexicana el embajador de México en EEUU, Arturo Sarukhán, calificó de “constructiva” y “productiva” la visita de Bush a México.

En la noche los presidentes cenaron juntos en la hacienda Xcanatun, penúltimo acto de esta visita que concluirá tras una rueda de prensa conjunta prevista en un céntrico hotel, cercado desde hace días por militares y policías mexicanos.

Casi al mismo tiempo la violencia hizo su aparición en Mérida, donde decenas de “globalifóbicos” jóvenes fueron detenidos, y en Ciudad de México.

En el este último caso un millar de manifestantes en contra de la presencia de Bush se enfrentó a la policía que protegía con vallas la embajada de EEUU, lo que resultó en 11 agentes heridos en la reyerta.

Los manifestantes fueron dispersados con gases lacrimógenos lanzados por la policía que logró detener a tres agresores, informa la Secretaría de Seguridad Pública de la capital mexicana.

En tanto, en el centro de la ciudad de Mérida medio centenar de activistas causaron destrozos en el edificio municipal de la capital de Yucatán y se enfrentaron a la policía.

Los manifestantes rompieron vidrios y una puerta de madera de este edificio del siglo XIX, al tiempo que golpearon a policías que resguardaba esta construcción, dijo a Efe Rodrigo Ordóñez, portavoz de la policía municipal.

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