Inmigración y solidaridad
Deia, , 14-03-2007
EL FENÓMENO creciente de la inmigración requiere la solidaridad de todos, que no hay que confundir con la caridad. En este sentido, es digno de elogio el compromiso que ha adquirido el Gobierno vasco de habilitar cincuenta plazas de acogida para los inmigrantes que llegan de manera incesante a las Islas Canarias a bordo de pateras. Anoche llegaron a Euskadi los primeros quince. Permanecerán atendidos durante tres meses, a lo largo de los cuales no sólo tendrán cubiertas sus necesidades vitales básicas sino que se les dotará de la orientación y las habilidades imprescindibles para lograr su inserción en la sociedad pasado ese periodo. La solidaridad efectiva de las diversas instituciones vascas está fuera de duda, pese a algunos comentarios tan maliciosos como ignorantes, y demostrada a lo largo de años de acogida de menores inmigrantes. La única novedad ahora es que se trata de adultos. Quien dude de que cincuenta plazas pueden ser suficientes ante la magnitud del problema, debe pensar antes que la solidaridad tiene que ser ordenada para que resulte eficaz. Lo demás son gestos para la galería que están muy lejos de ser una solución.
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