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Bush promete México trabajar por reforma migratoria

ND, Matt Spetalnick y Catherine Bremer, 14-03-2007
MERIDA, México (Reuters) – El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, prometió a México no cejar en sus esfuerzos por lograr una reforma migratoria, después que el congreso la rechazara el año pasado y en su lugar decidiera erigir un muro en la frontera que fue repudiado por su vecino.

Bush le dijo al escéptico presidente mexicano Felipe Calderón en su primera cumbre que volvería a intentar convencer a los legisladores de su país de aprobar sus planes para suavizar leyes migratorias de Estados Unidos y permitir un programa de trabajadores temporales.

“Mi compromiso con usted, con su gobierno y con el pueblo de México es trabajar tan intensamente como pueda para que se apruebe una reforma migratoria amplia,” agregó, luego del encuentro con el mandatario mexicano.

La importancia que tiene México para el comercio de Estados Unidos no tiene rival en el hemisferio. Pero las relaciones históricamente han sido tan complicadas que los mexicanos suelen decir, medio en broma, medio en serio, que su país está “tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos.”

Los mexicanos representan más de la mitad de los 12 millones de inmigrantes ilegales que hay en Estados Unidos y cada día miles buscan cruzar la frontera arriesgando su vida. El gobierno de México está enojado por la construcción del muro en parte de la frontera para frenar la inmigración ilegal.

Calderón, un conservador que asumió en diciembre, fue al grano en conversaciones privadas con Bush. El presidente mexicano expresó “serias preocupaciones sobre si Estados Unidos puede o no aprobar una ley de ese tipo,” dijo Bush.

COMPLEJO DESAFIO

En su escala previa en Guatemala, Bush defendió el lunes las recientes operaciones en Estados Unidos que terminaron en la deportación de cientos de inmigrantes ilegales y también justificó la construcción del muro en 1,120 kilómetros de la frontera de más de 3,000 kilómetros que comparte con México.

“Consideramos de manera respetuosa que puede ayudar más a detener la migración un kilómetro de carretera en Michoacán o en Zacatecas que 10 kilómetros de muro en Texas o en Arizona, queremos que se respeten los derechos de todos y desde luego de nuestra gente,” dijo Calderón con Bush a su lado.

Bush insiste en que busca una reforma migratoria que combine mayor control fronterizo con un plan de trabajadores temporales y un camino para que muchos inmigrantes indocumentados en Estados Unidos obtengan su condición legal.

Bush había hecho promesas similares sobre la reforma migratoria al antecesor de Calderón, Vicente Fox, que era cercano al mandatario estadounidense pero dejó el poder en noviembre sin ningún pacto por las trabas en el Congreso dominado entonces por el Partido Republicano.

Bush dijo en Guatemala que insistirá con la reforma en un Congreso dominado por sus opositores y que creía que debía estar lista para agosto.

Calderón, un aliado clave de Bush en una Latinoamérica que cada vez gira más hacia la izquierda, dijo en una entrevista al diario Milenio publicada el martes que prefería no tener muchas expectativas sobre los posibles resultados de la visita del estadounidense y dijo que México buscaba acercarse al gobierno comunista de Cuba.

México representó un complejo desafío para Bush en la última escala de su gira por Latinoamérica, en donde intenta contrarrestar la influencia del mandatario izquierdista venezolano Hugo Chávez en la región.

Washington es visto en la región cada vez con más recelo por sus políticas migratorias y su modelo económico liberal, que no trajo los beneficios esperados en varios países latinoamericanos.

PROTESTAS PACIFICAS

En su visita a México, que termina el miércoles, Bush tuvo un descanso en México de las agitadas protestas en su contra que hubo en los otros cuatro países que visitó en su gira.

Sólo un pequeño grupo de manifestantes se reunió cerca de las ruinas mayas de Uxmal, que Bush visitó con Calderón y donde un arqueólogo les explicó la historia del lugar frente a un templo .

“Bush, traga petróleo, terrorista internacional, fuera de México,” decía una cartel de protesta en la carretera a Uxmal.

La inmigración ilegal de México hacia Estados Unidos es uno de los temas más candentes entre los dos vecinos, con el narcotráfico en un cercano segundo lugar.

Para complacer a Washington, Calderón ha enviado a miles de soldados a distintos estados, varios de ellos fronterizos con Estados Unidos, a fin de combatir la violencia de los cárteles de la droga, que en su guerra por controlar el territorio han dejado 2,000 muertos sólo el año pasado.

Pero el presidente mexicano se queja de que Estados Unidos no hace lo suficiente para combatir el consumo de drogas en su territorios o para impedir que los cárteles mexicanos compren armas al norte de la frontera.

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