BarcelonA – Una operación conjunta de la Guardia Urbana y la Policía
Nacional efectuada a última hora de la noche del pasado viernes acabó con
la detención del gerente del local de alterne Bailén 22 de Barcelona,
acusado de presuntos delitos de proxenetismo y vulneración de los derechos
de los trabajadores y de los extranjeros, y de 25 mujeres que ejercían la
prostitución y que son inmigrantes ilegales. Durante la redada también se
identificaron a 67 clientes, 20 trabajadores y 36 chicas más.
   A
la espera de que el gerente pase a disposición judicial, las detenidas
fueron trasladadas a las dependencias de la Unidad Contra Redes de
Inmigración Ilegal y Falsedad Documental (Ucrif) de la Policía Nacional.
Pese a las detenciones, el local abrió anteayer con toda normalidad, lo
que provocó cierta incredulidad en unos vecinos que ya llevan siete años
de quejas y protestas.
   De momento, los vecinos se mantienen a la
expectativa de lo que suceda a partir de hoy. Si el local de alterne sigue
abierto, continuarán la lucha. El primer paso para el cierre de Bailén 22
lo dio el Ayuntamiento de Barcelona el pasado 23 de febrero. La concejal
del distrito del Eixample, Assumpta Escarp, anunció la apertura de un
expediente de cierre porque el establecimiento no tiene licencia para que
en su interior se practiquen actividades sexuales, que es precisamente uno
de los dos argumentos (el otro es el ruido y las peleas) esgrimido en las
protestas vecinales.
   Sanción y cierre
   A
partir de ese momento el local tenía diez días para presentar alegaciones
o subsanar los incumplimientos detectados. Además, se detectó que las
medidas de seguridad no son las adecuadas, al faltar extintores. Los
propietarios de Bailén 22 al parecer han hecho caso omiso de estas
indicaciones, y la madrugada del viernes hubo una nueva redada. Ahora el
Ayuntamiento puede imponer una sanción e incluso cerrar el local.
   Este diario contactó ayer con diversos vecinos, que se mostraron
satisfechos por la operación pero muy cansados de promesas consistoriales.
La presidenta de la Asociación de vecinos por un Eixample sostenible, que
agrupa a todos los ciudadanos favorables al cierre, Llúcia Torres, comentó
que «ya es hora de que el Ayuntamiento no nos engañe más y que reconozca
que ahí dentro se ejerce la prostitución». Cuando se abrió el local, en
1999, se le concedió la licencia de café – teatro, ante la irritación
vecinal. Tanto ella como otros residentes en el bloque situado enfrente
denuncian que «el Consistorio insista en que no se detecta nada irregular
en las inspecciones».
   Otra vecina, Isabel Eraña, centró las
quejas en el ruido. «No podemos dormir porque se escuchan juergas de
borrachos, peleas, avisamos a la Guardia Urbana y llegan cuando ya se ha
terminado todo, estamos muy hartos y queremos que trasladen el local». A
su juicio, las reuniones con Escarp «no sirven de nada y nos decía que ahí
no se ejerce la prostitucion. No obstante, contratamos a un detective
privado que nos desmintió todo eso». «La redada fue electoralista»,
aseguró. Por su parte, Jorge Sala, que vive en el mismo edificio, explicó
que «siempre hay ruidos, hay peleas de gente con muchas copas de más. El
Ayuntamiento siempre nos sale con lo de las licencias y se creen que nos
cansaremos, nos toman el pelo desde el principio».