El informe releva que en el cuestionario que se realizó a los jóvenes para recoger sus inquietudes, motivos para abandonar su país, forma de hacerlo y si contaban con la ayuda de familiares, los chicos admitieron que les preocupa “mucho” como poder obtener la documentación necesaria para permanecer en el país y lograr un empleo, mientras que las chicas antepusieron la familia al resto de los aspectos por los que fueron preguntados; aunque llama la atención, que en el caso de ellas, la mayoría respondiera que no les preocupaba “nada” su salud en la actualidad.

Y es que, en caso de los varones, el principal motivo que les llevó a cruzar la frontera fue es la posibilidad de una mejora en su economía, y por consecuencia en la de su familia. Una respuesta que contrasta con las que dieron las chicas, quienes admitieron que el huir de sus casas por el maltrato familiar que sufrían, y tener la oportunidad de estudiar y formarse, y en el caso de la menores embarazadas, encontrar una pareja para poder reconocer a su hijo y regular su situación fue lo que les motivó a salir de su país.

“Estrategia familiar”
En este sentido, una de las conclusiones a las que llega el estudio es que la migración irregular de menores no acompañados es parte de una “estrategia familiar” en la que el más pequeño de la familia es incitado a cruzar la frontera para que asume antes de tiempo “un papel que no le corresponde: ser el que saque la familia adelante”. Aunque más de un 70% de los chicos y un 65% de las chicas aseguraron “no haber sido estimulados o ayudados” por sus familiares para emigrar.

Aun así, en el informe se reconoce que las familias de los menores son muy concientes de que las legislación actual “los protege”, permitiendo que los más jóvenes tenga una mayor posibilidad de que se queden en el país.

Por todo ello, desde la Consejería de Bienestar Social se insiste en la necesidad de abordar el problema desde su país de origen debido a que la situación de saturación del sistema de protección de menores “no tiene visos de remitir” un ejemplo es que desde hace varios meses el Centro del Fuerte de la Purísima se encuentra más de un 10% por encima de su capacidad límite lo que está provocando que los recursos asistenciales se vean amenazados con desbordarse por un “fenómeno emergente”.