GENERAL

El 47% de los inmigrantes son inquilinos subarrendados y uno de cada cinco vive hacinado

El Correo, MANU MEDIAVILLA/COLPISA. MADRID, 11-03-2007

El sentimiento de las personas inmigrantes ante sus problemas de vivienda suele resumirse con un título de serie televisiva, ‘aquí no hay quien viva’. El 47% lo hace como inquilino subarrendado y un 19% soporta condiciones de hacinamiento, aunque el retrato real es mucho más complejo y va dejando paso, poco a poco, a un panorama con mejores vistas. De hecho, su regularización legal y su progresiva mejora laboral les están permitiendo un acceso cada vez mayor – el 15% ya del colectivo – a la vivienda en propiedad en España, que incluso empieza a extenderse a sus países de origen.

Más allá de su dramatismo y potencial para desencadenar conflictos vecinales que alimentan riesgos xenófobos y racistas, el fenómeno de la ‘camas calientes’ en las que varias personas duermen por horas es muy marginal – apenas un 0,4%, es decir, unas 12.000 personas – . Suele circunscribirse a la etapa inicial. Según el Colectivo Ioé de investigación sociológica, a cuyo estudio sobre ‘Inmigración y vivienda en España’ pertenecen los datos ya citados, los llamados ‘inmigrantes periféricos’ (latinoamericanos, africanos y asiáticos) van mejorando con el tiempo su trabajo y sus ingresos, obtienen ‘papeles’, reagrupan a sus familias y afianzan sus redes sociales.

El 65% encuentra vivienda, precisamente, gracias a esa red de relaciones de parentesco, amistad y paisanaje. Una solidaridad que se muestra decisiva en el momento justo de la llegada, porque hasta el 36% recibe alojamiento gratuito en ese círculo de familiares, amigos y conocidos. Luego, cada inmigrante se busca la vida, aunque sea en peores condiciones que la población autóctona, incluso en lugares de menos de 10 metros cuadrados.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)