ERENA CALVO

LAS PALMAS. No se conoce cuánto tiempo llevaban muertos, ni en qué punto del océano esta circunstancia fue advertida por sus compañeros; lo que se sabe es que tres inmigrantes más han vuelto a perder la vida en su trayecto hacia Canarias. Sus cuerpos viajaban desde hacía algunos días entre un pasaje de unas cuarenta personas, de las que dos tuvieron que ser evacuadas en helicóptero dado su estado de salud.

El cayuco fue remolcado hacia el puerto de Los Cristianos tras casi tres semanas sin que apenas se registrasen llegadas en las islas y dos meses después de la primera muerte de un inmigrante en 2007 tratando de alcanzar costas canarias. Sucedía en las primeras horas de este año, y sus compañeros de viaje aseguraron tras el desembarco que habían perdido a otros ocupantes por el camino, cuyos cuerpos habían sido lanzados por la borda.

Ahora, tras dos meses de relativa calma, son muchos los expertos en materia migratoria que advierten de que a partir de las próximas semanas, con la llegada del buen tiempo y un océano más calmado, podría volver a repetirse una situación como la del pasado año, en el que más de 31.000 inmigrantes entraron a España por Canarias – y, que se tenga constancia, 500 perdieron su vida – , tras llegar por vía marítima a bordo de embarcaciones clandestinas. En 2005 fueron menos de cinco mil los que lograron alcanzar las islas tras conseguir una patera.

Y en los primeros meses de 2007 ya son 1.222 los indocumentados que han llegado a Canarias en 35 pequeñas embarcaciones – pateras o cayucos – y en un barco, el «Taiboi Star», que a principios de 2007 atracaba sin el menor problema en el pequeño puerto de La Restinga, en El Hierro, con 190 inmigrantes, la mayoría asiáticos. No son los únicos de su origen que lo han intentado este año.Indios o paquistaníes se unen ahora a las expediciones de marroquíes o subsaharianos, y lo hacen la mayoría de las veces en barcos «chatarra».

Otra muestra está en el «Marine I», de cuya existencia se supo tras averiarse a 450 millas de Canarias hace más de un mes. Parte de su pasaje – más de 300 personas – continúa aún a la espera de ser repatriado en Nuadibú.