jorge napal

Donostia. Se muestra comedido, pero se le adivina cierto hartazgo por la sistemática vinculación que se establece entre su asociación y la delincuencia. “El violento es expulsado”, insiste una y otra vez este Latin Kings, que desde agosto representa a una organización que ha podido salir de la clandestinidad gracias al apoyo de las instituciones barcelonesas. En una concurrida comparecencia pública, respondió a las preguntas de los periodistas, dentro del I Congreso sobre Infancia, adolescencia y Juventud que se clausuró ayer en el Kursaal.

¿Qué son Los Latin Kings?

Una agrupación que se dedica a hacer obras humanitarias. Ayudamos a jóvenes de diferentes nacionalidades que residen en España.

¿Por qué les acompaña la fama de bandas juveniles violentas?

No diré que dentro de nuestra agrupación todos seamos santos. Pero entre los jóvenes españoles también se pelean por cualquier cosa. Es algo normal, aunque en nuestro caso los medios de comunicación se han encargado de ensuciar el nombre. Nunca se han interesado por todas las acciones positivas que hacemos.

¿Como cuáles?

Actividades culturales, ayudas sociales, humanitarias, comunitarias… Cada semana realizamos infinidad de actividades con los jóvenes que viven en la calle.

¿No existe delincuencia en el seno de estos grupos?

No hay delincuencia, y si la hubiere las autoridades deberían juzgar. Dentro de los Latin Kings no permitimos ni violencia ni actos criminales. Eso no está incluido en nuestras leyes ni en nuestra constitución. Las personas que delincan son inmediatamente expulsadas del grupo.

¿Cuántos Latin Kings hay en Euskadi?

No existen, y lo digo con conocimiento de causa porque llevo el control de todos los que residen en España. Cada vez que un miembro quiere incorporarse se comunica conmigo, algo que se hace desde todas las ciudades de España. Del País Vasco no he recibido ni una sola llamada.

La Ertzaintza ha reconocido la existencia de bandas que operan en localidades, como Irun.

Nuestro responsable a nivel internacional vino a unas elecciones en las que nos reunimos todos los Latin Kings de España. Asistieron todos. Se hizo una asamblea general y nunca se dijo que hubiera uno solo en el País Vasco.

¿Cuántos hay registrados?

En Cataluña somos 200 y 800 en toda España.

¿Y sin registrar?

Unos 50, todos en Madrid. Son los que se toman el nombre para actuar cuando en realidad no lo son.

¿Se siente víctima del estigma?

A muchos de los miembros que pertenecen a nuestras asociaciones les niegan los documentos, se quedan sin trabajo y sin oportunidades.

¿Cómo definiría el acuerdo alcanzado en Cataluña? ¿Ha sido un proceso de reinserción?

No, porque tampoco antes éramos ilegales.

Pero antes vivían en clandestinidad.

Sí, es verdad que los jóvenes han vivido con temor porque no tenían un lugar donde reunirse. Muchos de estos chavales vienen de Sudamérica pero una vez que han llegado aquí se juntan con gente de Marruecos, lo que da lugar a un sistema de organización diferente que al que se vive en Sudamérica. Los chavales se reúnen en parques, pero no para delinquir sino para conversar.

¿Cuánto dura el mandato de un rey o reina?

Es eterno, lo que usted quiera.

¿Por qué no se ha extendido el modelo catalán a otras ciudades?

Porque las autoridades de otra ciudades son más cerradas. Sí hemos recibido llamadas de Pamplona, de autoridades que están dispuestas a escucharnos y abrir sus puertas.

¿Se puede ser Latin King sin ser suramericano?

Sí, de hecho contamos con marroquíes y rusos en Cataluña que son Latin Kings y están luchando por los mismos propósitos.

¿Qué relación mantienen con los ñetas?

Estamos trabajando en un proyecto muy hermoso, una oportunidad que no teníamos en nuestro país. Nos vemos todas las semanas con los dirigentes de los ñetas y estamos gravando un CD y vídeo que refleja la historia real de las dos bandas.

¿Cuáles son las condiciones para entrar en una banda de Latin Kings?

Me gustaría precisar que tenemos una agrupación musical llamada la Banda de los Reyes Latinos, que se dedica a hacer reggaeton y hip hop. A través de las letras se inculcan valores a los jóvenes.

¿En qué consiste ser rey o reina?

Cuando Dios nos trajo al mundo dijo que todos éramos iguales. Ésa es la vida de un rey, ayudar y no permitir que le pase nada a nadie.

¿Qué poderes se atribuye cada rey?

Todos somos iguales dentro de la organización y tenemos la posibilidad de ser líderes algún día. Los jóvenes llegan a la organización sin autoestima e intentamos hacerles entender que deben trazarse unas metas.