Los migrantes no contribuyen al aumento de la criminalidad en Estados Unidos, asegura un estudio del Centro de Políticas Migratorias —con sede en Washington—, el cual revela que el número de inmigrantes que va a prisión es mucho menor que el de los ciudadanos nacidos en ese país.
El estudio, basado en cifras proporcionadas por el Censo de Estados Unidos, contradice la impresión generalizada de los sectores conservadores en esa nación que señalan a los indocumentados como generadores de delincuencia.

La investigación —difundida por el Instituto de los Mexicanos en el Exterior (IME)—muestra que los inmigrantes de entre 18 y 39 años tuvieron un promedio de casos de encarcelamiento cinco veces menor que los jóvenes estadunidenses, “este porcentaje resultó válido en cada uno de los grupos étnicos analizados”.

El sociólogo Rubén G. Rumbaut, de la universidad de Irving —quien dirigió la investigación—aseguró que el problema de la delincuencia en la sociedad americana es en la actualidad mayoritariamente de los individuos nacidos en Estados Unidos y no de los inmigrantes.

El reporte indica que a los inmigrantes centroamericanos se les relaciona con la delincuencia porque generalmente llegan con niveles muy bajos de la enseñanza escolar además de su ‘estereotipo popular’, “y lamentablemente la teoría criminológica estándar los asocia inmediatamente a los índices más altos del crimen, pero no necesariamente es así”.

Resalta que a los inmigrantes también se les relaciona con la delincuencia por la manera en como ingresan al país: “a través de canales desautorizados sin visa y eso es ir en contra de la Ley estadunidense”.

“Tras el 9/11 la inmigración indocumentada y el terrorismo se relacionan a manudo. Pero la impresión anecdótica no puede sustituir la evidencia del científica”, subraya el estudio.

Las conclusiones del estudio desechan la teoría de que al inmigrante se le relacione con la delincuencia pues “los datos del censo y otras fuentes demuestran que el encarcelamiento de hombre y mujeres jóvenes inmigrantes –tengan o no educación— es mucho más bajo que el de jóvenes estadunidenses”.

“Esto es verdad especialmente para los mexicanos, salvadoreños y guatemaltecos que hacen mayor bulto de la población indocumentada (…) incluso si desaparecieran los inmigrantes repentinamente, las tarifas del crimen probablemente aumentarían”, resaltó el reporte Centro de Políticas Migratorias.