"La Hora". ECUADOR: "Inmigrantes y emigrados"

Prensa Latinoamericana, Juan Manuel Rodríguez, 06-03-2007

A pesar de los esfuerzos del gobierno, la suspensión de vuelos por Air Madrid dejó colgados a los emigrantes en su regreso a España y reveló el fenómeno de una burocracia lenta, ineficiente, improvisada e irrespetuosa con sus congéneres.

Se evidenció el pésimo apoyo a los ciudadanos viajeros y no faltaron las comparaciones en el trato entre uno y otro estado. Se supone que la nueva Secretaría del Emigrante estará preparada para arreglar estas crisis.

Ecuador es un país donde fluye la emigración de sus ciudadanos hacia Europa y Norteamérica, y a la vez recibe decenas de migrantes, principalmente colombianos. Por ello, la oficina creada debería contemplar los dos hechos para asistir tanto a los que se van (emigrados) a buscar mejores días como a los que llegan con igual propósito de los países vecinos (inmigrados), es decir, una Secretaría de Emigración e Inmigración.

En este tema hay poco que inventar. Un buen amigo valenciano me envía desde España el Plan Valenciano de Inmigración, el plan estratégico de la Dirección General de los Inmigrantes y las medidas adoptadas por la Comunidad de Madrid, amplia literatura que el nuevo Secretario debería conocer. La filosofía es la misma: integración laboral y social, y la prestación de servicios. Se contemplan garantías jurídica, sanitaria, residencial, laboral, formativa, educativa, familiar y cultural.

La sociedad del siglo veintiuno, que es global, tiene que responder a estos movimientos sociales con una mentalidad pluralista, integradora, igualitaria y respetuosa. Ser tierra de acogida y de envío significa que el trato deseado para los que se van al exterior sea brindado igualmente a los inmigrantes que llegan.

La integración es un proceso bi-direccional, tanto de adaptación mutua como de cambio, y el concepto integrador es el respeto en igualdad, participación ciudadana e interculturalidad. Las migraciones contribuyen a transformar las sociedades de destino, pero también marcan a las sociedades de origen, y en estos dos sentidos debe trabajar este nuevo departamento.

Los flujos humanos tienen favorables consecuencias si se acepta la pluralidad cultural, étnica y social.

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