Las autoridades canadienses están vigilando con mucho detalle el arribo a ese país de pandilleros, principalmente de origen salvadoreño, que en un afán por huir de la justicia estadounidense llegan a Canadá creyendo que este país les garantiza refugio seguro.

Pero no hay nada más alejado de la realidad, tal y como lo aseguró uno de los jefes policiales canadienses que participó en la cumbre antipandillas realizada en Estados Unidos, quien certificó que Canadá perseguirá a los pandilleros que lleguen a este país.

El sargento Doug Quan, quien está al frente de la división policial que trata el tema de las pandillas en Toronto, dijo recientemente a la prensa: “Basados en los números que estamos viendo en los Estados Unidos, creo que seríamos tontos al pensar que ellos (los pandilleros) no han penetrado nuestras fronteras”.

Una muestra de que no darán tregua a ese fenómeno está comenzado a llegar a Canadá, quedó demostrado hace varios meses, cuando la Real Policía Montada de Canadá (RCMP, por sus siglas en inglés), capturó a dos hermanos salvadoreños bajo la presunción de estar vinculados con pandillas y tener armas.

Los dos jóvenes, de 19 y 23 años de edad, quienes ingresaron de forma ilegal al país, tuvieron que dar una fuerte batalla legal para que se les eliminaran los cargos alegando la inexistencia de pruebas que los incriminara.

Otro caso similar sucedió pocas semanas antes, cuando otro salvadoreño, fue detenido por la Policía bajo la sospecha de ser pandillero y de vivir de forma ilegal en Canadá. Al poco tiempo, fue deportado hacia El Salvador.

Estas situaciones, aunadas a las declaraciones de autoridades policiales, han despertado inquietud en hispanos que consideran que podría estarse generando un estigma en este país al considerarse que un joven, indocumentado, tatuado, y “con el agravante de ser salvadoreño”, puede ser considerado pandillero.