La Secretaría de Gobernación investiga a bandas criminales dedicadas al tráfico de personas hacia Estados Unidos que utilizan como fachada el pertenecer a organizaciones humanitarias no gubernamentales, informó el subsecretario de Población, Migración y Asuntos Religiosos, Florencio Salazar Adame.

El funcionario aseguró que, en breve, se tendrá más información sobre estas bandas de polleros y su forma de operar.

“Evidentemente hay redes de traficantes de personas que, al amparo de supuestas organizaciones humanitarias, pretenden llevar a quienes contactan para su traslado a Estados Unidos y usan algunas organizaciones de fachada; es un tema que estamos investigando con mayor amplitud”, señaló Salazar Adame.

El subsecretario consideró que en el tema migratorio confluyen muchos intereses y no todos ellos son legítimos. Aseguró que no se puede ser ingenuo y “suponer que absolutamente todos los interesados en proteger a los indocumentados lo hacen por una razón humanitaria”.

Durante la pasada administración, el Instituto Nacional de Migración (INM) presentó cinco mil 964 solicitudes de acción penal ante el Ministerio Público por presuntos delitos, tipificados en la Ley General de Población.

Del total de las denuncias presentadas, según cifras del Sistema Integral de Operación Migratoria (SIOM), se iniciaron procesos contra 13 mil 729 personas, de las cuales nueve mil 584 son contra traficantes de personas o polleros.

Tan sólo en enero de este año, el Instituto Nacional de Migración ha asegurado a diez mil 94 extranjeros y se espera que, al finalizar 2007, se haya detenido a 205 mil inmigrantes indocumentados, principalmente de Centroamérica.

La mayoría de los aseguramientos se llevan a cabo en Chiapas, en donde sólo el año pasado se detuvo a 90 mil 601 indocumentados, es decir 49.5% del total de asegurados en todo el territorio nacional.

De acuerdo con investigaciones oficiales, las bandas de polleros tienen su centro de operación en la frontera sur de nuestro país, donde captan gran parte de quienes quieren ir a Estados Unidos y no tienen papeles, a quienes cobran desde mil y hasta dos mil dólares.