Desarticulada una banda que concertaba bodas de inmigrantes con españolas

Diario de Navarra, EFE. MADRID., 04-03-2007

La Policía Nacional ha desarticulado en Cataluña una banda, integrada por cuatro ciudadanos de origen pakistaní, y una española que, desde una agencia matrimonial, ofrecían a inmigrantes bodas de conveniencia con ciudadanas españolas por una determinada cantidad de dinero para regularizar de este modo su situación en España. Cobraban entre 5.000 y 12.000 euros y pagabana las mujeres 3.000 euros.
Los cinco detenidos disponían de una agencia matrimonial y captaban a sus clientes en locutorios telefónicos de pakistaníes en Barcelona y las localidades de Cerdanyola del Vallés, Santa Coloma de Gramenet y Badalona.

Los arrestados, a quienes se les imputan delitos de favorecimiento de la inmigración ilegal, falsedad documental y estafa, son cuatro hombres paquistaníes – Ahmad I., de 37 años; Ahmad I., de 38 años; Ahmed G., de 50 años y Mohamad I., de 26 años – y una mujer española, María Orissa R.C., de 25 años.

La investigación comenzó en diciembre tras la declaración de un pakistaní, que manifestó haber pagado 5.000 euros a un compatriota por facilitarle una boda con una española.

A raíz de ese testimonio, se identificó y detuvo a María Orissa R.C., que supuestamente debería contraer matrimonio con el denunciante, al tiempo que se diseñó un dispositivo para localizar al resto de la banda, lo que llevó hasta un domicilio de Cerdanyola del Vallés, en el que vivían los supuestos autores de estos hechos.

La Policía detuvo a los cuatro paquistaníes en el momento en el que recibían un paquete remitido desde Karachi (Pakistán)con libros de familia españoles falsificados y otro de los arrestados llegaba al citado domicilio con una bolsa de plástico con la documentación antes citada.

El modus operandi tenía como finalidad favorecer la inmigración ilegal mediante «matrimonios blancos», por los cuales cobraban entre 5.000 y 12.000 euros, entregándoles a las mujeres que se prestaban a ello cantidades que no superaban los 3.000 euros. También facilitaban «matrimonios simulados», los cuales no llegaban a celebrarse y falsificaban los libros de familia que rellenaban ellos mismos a mano, junto con los demás certificados pertinentes, y la mujer que se ofrecía a ello recibía una cantidad menor que la anterior.

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