Argelia critica a España por apoyar la escalada militar de Marruecos

La Voz de Galicia, David Alvarado , 04-03-2007

La noticia del contrato firmado entre España y Marruecos para la compra, de parte de Rabat, de 1.200 vehículos de alta movilidad táctica, 800 camiones militares de diferentes tipos o hasta 10 patrulleras para la vigilancia costera ha sembrado inquietud en la región magrebí.


Particularmente virulentas son las reacciones en Argelia, donde durante las últimas jornadas los rotativos no han cesado de clamar al «escándalo», a los «oscuros planes» del reino alauí y a «la complicidad de España para promover la supremacía marroquí en la zona».


Tras estos temores están las tensas relaciones y la rivalidad entre vecinos, que hacen que, por ejemplo, las fronteras terrestres entre ambos estados permanezcan cerradas.


«Traición»


Las críticas han arreciado sobremanera desde el Frente Polisario, que ha destacado también la traición que supone la venta de armas al peor de sus enemigos de parte de España.


Para la organización independentista, tal encargo sólo es comprensible desde una óptica bélica y de confrontación, al considerar que el objetivo de Rabat es acabar «por la fuerza» con todos aquellos que defienden la autodeterminación del Sáhara Occidental. El colofón a esta postura lo puso Yeslam Baissat, embajador de la República Árabe Saharaui Democrática en Argel, quien no dudó en declarar a la primera cadena de radio pública argelina, que «tras esto, la nueva agenda política española en la región es una agenda de guerra».


Equipamiento vetusto


Responsables marroquíes de Interior consultados aseguran, desde el anonimato, que la compra se explica por «las necesidades de modernización militar del reino alauí que, aunque considerable, dispone de un equipamiento extremadamente vetusto ante los nuevos retos de seguridad, tales como el auge del integrismo o el control de los flujos migratorios irregulares». Además, se destaca que «Marruecos no es el único país de la región que ha firmado importantes contratos armamentísticos durante los últimos tiempos», en alusión a las compras realizadas por Libia o por la propia Argelia. Por el momento, no se ha producido ninguna reacción oficial.


Los contratos suscritos por la Defensa Nacional de Marruecos con diversas firmas españolas rondan los 200 millones de euros, una importante parte de un sector que, en el 2005, vendió material por valor de 419,45 millones de euros. Curiosamente, Argelia firmó en junio pasado un contrato para la compra a España de diez aviones de transporte militar C295 por un importe de 110 millones de euros, un cuarto de las ventas totales de armas españolas. Operaciones de este tipo entre Argel y Madrid se han multiplicado por cuatro durante el último año.


Así las cosas, la lucha por la supremacía militar en el norte de África es un hecho. La caja de los truenos la abrió, el 10 de marzo del 2006, la firma de un importante contrato militar entre Rusia y Argelia por un importe de 7.500 millones de dólares. Moscú se comprometía a entregar a Argel, antes del 2009, 38 cazas MIG – 29, 28 cazas Soukhoï – 30 MKI y 16 aviones de entrenamiento y combate YAK – 130, además de una cuarentena de carros blindados, ocho sistemas de misiles tierra – aire S – 300 PMU y una cantidad indeterminada de tecnología naval y terrestre.


Según Mohamed Benallal, experto marroquí en seguridad, «ningún otro Estado de la región posee una aviación igual y el sistema de misiles, el mismo que los rusos se niegan a vender a Irán, está considerado como uno de los más perfectos del mundo en defensa antiaérea».


Hidrocarburos


Los ingresos derivados de los hidrocarburos otorgan a Argelia una importante ventaja comparativa con respecto a países como Marruecos. Sólo Libia es capaz de seguir la estela argelina y Gadafi no parece dispuesto a perder ni un ápice de su influencia en esta región.


París, con un 20% del mercado, es el principal proveedor armamentístico de Trípoli y, tras la contratación de un importante pedido de equipamiento militar de última generación, actualmente estarían negociando la adquisición de varios modernos helicópteros de combate Tigre y Rafale, de fabricación gala. Y es que como afirma el especialista en cuestiones norteafricanas Joan Tilouine, «la carrera armamentística, lejos de decaer, se presenta como una carrera de fondo».

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