"Vanguardia". MÉXICO: "Refugiados climáticos, la ola que viene"
Prensa Latinoamericana, , 03-03-2007Si la temperatura se incrementa cuatro grados en las siguientes décadas, como prevén científicos ambientales, sólo 15 por ciento del suelo mexicano será fértil para cultivar maíz, lo que significa que los productores nacionales tendrían dos terceras partes de tierra menos para cultivar y más razones para migrar a Estados Unidos en busca de oportunidades.
Los escenarios para la agricultura del país son catastróficos, según datos del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM, ya que, en el cuadro más crítico de calentamiento global que plantea, sólo se podrá sembrar maíz en Chiapas, Oaxaca, Veracruz y Campeche.
En este panorama, los campesinos enfrentan solos la batalla contra el cambio climático. En 1994, cuando las sequías y la caída en los precios golpearon el campo mexicano, “el Gobierno en lugar de rescatarlo y dar apoyos agrícolas, prefirió solucionar la escasez alimentaria importando granos de Estados Unidos”, afirmó Cecilia Conde, investigadora del Centro de Ciencias de la Atmósfera.
A partir de esta fecha no se ha logrado incrementar la producción del maíz y los costos por las sequías de 1998 y 2005 —los años más calurosos de la historia— ascendieron a 4 mil 800 millones de pesos, un poco menos de 10 por ciento del presupuesto que el gobierno le destinó en 2006 al rubro de agricultura, ganadería, desarrollo rural, pesca y alimentación, según cifras del Instituto Nacional de Ecología.
SE VAN
Sin embargo, el problema no sólo se queda en el campo, porque una vez que los productores enfrentan condiciones ambientales adversas sin apoyo del Gobierno, deciden abandonar las tierras y buscar nuevas oportunidades.
“No es casualidad que los principales estados expulsores de migrantes, tales como Zacatecas, Guanajuato y San Luis Potosí, sean los más golpeados por sequías y la escasez de agua, y no los estados más pobres, como Chiapas, Oaxaca y Guerrero”, dijo en entrevista con Excélsior Úrsula Oswald Spring, encargada de la primera cátedra de calentamiento global de la ONU.
La especialista sustentó esta teoría con datos de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), que muestran que a menor soberanía alimentaria, mayor migración.
En la última década, 10 millones de mexicanos intentaron o lograron cruzar la frontera, revelan datos del Banco de México, y uno de cada tres mexicanos que están en Estados Unidos son nativos de Zacatecas, Guanajuato y San Luis Potosí.
Además del incremento de la migración, Úrsula Oswald también está preocupada por los mapas de emergencia nutricional de la FAO. Dichos documentos revelan que en los países con hambre se agudizan las inconformidades y levantamientos internos.
En este sentido, el panorama de Sudán puede convertirse en el futuro de México. En este país africano, a pesar de las inclemencias del tiempo, se descuidó la agricultura y el Gobierno optó por seguir explotando sus tierras y acuíferos hasta que condenó a más de tres millones de personas a una hambruna severa. “Cada año, dos millones tienen que escapar de la miseria y la guerra”, afirmó Oswald.
SOBERANÍA ALIMENTARIA
Paradójicamente, una acción para prevenir el calentamiento global también atenta contra el suministro de maíz en México: el etanol. El grano estaría en extinción si 85 por ciento del suelo del país no es apto para sembrarlo y si Estados Unidos cumple las promesas de George W. Bush de quintuplicar la producción de energía biomasa.
En los próximos 50 años se espera que el país vecino aumente 39 por ciento su demanda energética, mientras México depende “de voluntades ajenas” para producir 80 por ciento de las tortillas, afirmó Cecilia Conde.
“Nadie puede saber si al rato el Gobierno norteamericano nos retire los 7 millones de toneladas de maíz que nos envía al año, porque con los efectos del cambio climático ni siquiera alcance para alimentar a su población”, expuso la investigadora de la UNAM.
Para Úrsula Oswald, la seguridad alimentaria de una nación debe ser la prioridad de todo gobierno, porque cuando la confía a otro país, también le entregan las armas para que lo sometan políticamente.
“Sólo hay que ver la primera táctica que utilizó Estados Unidos para controlar Irak: bombardeó los suministros de agua y comida”, señaló la investigadora, quien recomendó a las autoridades mexicanas emplear los métodos que Japón y Rusia están utilizando para asegurar su soberanía alimentaria: subsidios en el campo.
“¿Qué hubiera pasado si el Gobierno en lugar de invertir 70 mil millones de dólares en importar maíz, lo hubiera invertido en la agricultura?”, se pregunta Oswald.
DESEQUILIBRIOS
La primera medida que debe tomar el Gobierno en la agricultura, según Oswald, es enseñar a los campesinos a cultivar diversos productos, porque se espera que con el aumento de temperaturas en México se modifique la biodiversidad y algunas cosechas ya no sean adecuadas en ciertas regiones.
En Veracruz, por ejemplo, si aumenta la temperatura 1.5 —como prevé el Programa de la Organización de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA)— el café de altura que hoy es cosechado a 700 metros sobre el nivel del mar, en el futuro requerirá mínimo 900 metros.
Así que “lo peor que puede hacer el Gobierno frente al cambio climático es aceptar un solo cultivo para todo y poner en riesgo las ganancias de los campesinos y provocar una tragedia como en la India”, aseguró Oswald Spring.
En la India, desde 1997, ha habido más de mil suicidios en la población rural. Los campesinos piden préstamos al banco para reducir la vulnerabilidad de sus cosechas frente al cambio climático, pero cuando esta medida es insuficiente y además de perder su producción están endeudados, deciden morir.
“El ex secretario de Agricultura, Javier Usabiaga, advirtió a los productores de maíz que sólo tenían cinco años para cambiar de actividad; sin embargo, nunca dio una sola alternativa económica para este sector”, denunció Cecilia Conde.
“Para mantener el mismo nivel de sus producciones a pesar del aumento de sequías y reducción del agua, los campesinos mexicanos han tenido que recurrir a las medidas más desesperadas, como extender el área de cultivos a zonas no aptas para sembrar maíz”, añadió.
LOS MITOS
De esta forma, si los programas de reconversión de siembra todavía no han funcionado en el campo mexicano y sólo se apuesta por el maíz, se debe a los vaivenes políticos y agrarios, y no al pretexto que ponen todos los gobiernos: “los campesinos son inflexibles a los cambios”, dijeron las investigadoras.
Cuando la doctora Conde trabajó con campesinos de Tlaxcala, zona donde estudiaba los impactos en la agricultura por cambio climático, atendió cultivos quemados por los fertilizantes que otorgaba Procampo. También observó cómo se perdieron extensas áreas de cosechas, porque los fondos que da el Gobierno para atender a población rural afectada por problemas climatológicos llegaban dos meses después.
Y los seguros ya ni los menciona porque el Gobierno pide a los campesinos escojan a su suerte el que más les convenga: lluvia o sequía, pero si el pronóstico del productor falló y un huracán arrasó con sus cosechas, en lugar de una sequía como decía el contrato, lo pierde todo.
LAS ALTERNATIVAS
La UNAM y la Universidad Autónoma de Chapingo recomiendan los siguientes métodos para optimizar los recursos del campo:
GOTEO. Sólo se le da a la planta el agua que necesita para evitar pérdidas en la irrigación (en México se desperdicia hasta el 50 por ciento de agua potable en la agricultura).
Los requerimientos de precipitación para el maíz en todo su ciclo de desarrollo fluctúan entre 500 y 1000 milímetros. En la etapa de germinación es cuando el maíz requiere la menor cantidad de lluvia, tan sólo 45 milímetros, pero sus necesidades hídricas aumentan, sobre todo en la etapa de floración, que es cuando demanda 220 milímetros y 215 en la etapa de formación de fruto, mientras que para madurar le bastan 90.
INVERNADERO DE TRAS–PATIO. Es la mejor alternativa para las épocas de invierno, cuando la producción disminuye. Los productos que mejor se adaptan a este método son chile, jitomate, hierbas y flores.
SUELO DE COMPOSTA. A través de los desperdicios orgánicos, abono, sobras de los árboles y lombrices se puede crear tierra fértil. Lo único que se necesita para sembrar cualquier producto es nivelar el ácido de los desechos y cualquier producto puede nacer en esta tierra.
TEMPERATURA ÓPTIMA PARA EL MAÍZ
Los requerimientos son de 20 a 30 grados centígrados, exceptuando el periodo de germinación, que es de 20 a 25 grados. Los valores mínimos fluctúan entre 10 y 20 grados y los máximos entre 30 y 40 grados.
El Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de la ONU calcula que para 2100 la temperatura a nivel mundial puede incrementarse hasta en 6 grados centígrados.
La temperatura promedio mundial es de 14 grados centígrados. En los años más calurosos de la historia (1998 y 2005) la temperatura se elevó 0.5 y el calentamiento global dejó múltiples pérdidas.
El llamado Informe Stern estima que los costos por el cambio climático pueden ser mayores a la Primera y Segunda Guerrra Mundial juntas, es decir, entre el 5 y 20 por ciento del PIB mundial.
AHORA O NUNCA
La sequía del verano de 1997 (año en que se registró el fenómeno de “El Niño”) provocó pérdidas en el sector agrícola de casi mil quinientos millones de pesos.
El nombre de “El Niño” tiene su origen en los marineros peruanos, quienes, a fines del siglo 19, empezaron a llamar de esta manera a una particular corriente oceánica que se presentaba en vísperas de la Navidad.
“El Niño” se caracteriza por el calentamiento inusual de las capas superficiales de la atmósfera y provoca que los efectos ambientales sean más intensos y prolongados.
En 2005, el retraso de lluvias en el verano dio como resultado una caída de 13 por ciento de la agroproducción del país.
Los costos ascendieron a 778.6 millones de pesos y casi 700 mil hectáreas de cultivo fueron dañadas.
AL DETALLE
- Nuevo orden mundial
Por el impacto que tendrá en la distribución de alimentos, en los nuevos flujos migratorios, en la intensidad de los desastres naturales y en la disponibilidad de agua, el sobrecalentamiento del planeta determinará, en el corto plazo, las nuevas relaciones entre las naciones.
HUYEN DEL CALENTAMIENTO
- El cuarto informe del panel intergubernamental de la ONU sobre cambio climático concluyó que:
- El aumento de 40 centímetros en el nivel de los océanos significará que 200 millones de personas deberán abandonar su hogar y buscar una nueva residencia.
- Las sequías y las inundaciones también obligarán a que millones tengan que migrar, lo que, sumado, hará que el número de refugiados medioambientales supere a los causados por las guerras.
- Las poblaciones más afectadas serán las que se encuentran en las costas. El 30 por ciento de la infraestructura costera de África se ve afectada por el aumento del nivel del mar y su población tendrá que ser reubicada.
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