La Diputación busca nuevos centros para acoger a menores inmigrantes

Abrirá más pisos para los jóvenes en proceso de integración y tratará de fomentar el reagrupamiento familiar

El Correo, , 02-03-2007

TERESA ABAJO t.abajo@diario-elcorreo.com/BILBAO

La Diputación busca nuevos centros para acoger a menores inmigrantes ya que los recursos disponibles siete pisos y tres instalaciones de mayor capacidad «no dan más de sí». El diputado de Acción Social, Juan María Aburto, afirmó ayer que son «muchos» los chavales que viven en el centro de emergencia de Artxanda, donde sólo se les ofrece alojamiento y comida, aunque eludió precisar el número. A este lugar han sido trasladados los cinco adolescentes subsaharianos tres de Senegal y dos de Ghana que llegaron a Vizcaya el pasado fin de semana procedentes de Canarias.

Aburto ha denunciado públicamente que a estos adolescentes «alguien les pagó el viaje» en avión hasta Madrid y allí les dijeron que «donde mejor están es en Bilbao». Una situación que considera «alarmante» porque Vizcaya es uno de los territorios que más menores extranjeros acoge en proporción a su población. «Seguimos pidiendo que se pongan encima de la mesa los datos de cada comunidad autónoma», reiteró, en referencia a las recientes críticas de la secretaria de Estado de Inmigración.

281 chavales

La llegada de los primeros chicos procedentes de Canarias, aunque de forma extraoficial, ha vuelto a poner de relieve la «saturación» de la red de alojamientos del territorio histórico. En la actualidad son 281 los menores que viven en los centros de Amorebieta, Loiu y Artxanda y en siete pisos. El de Artxanda, concebido como una válvula de escape, es el único que no ofrece programas educativos.

Cada vez llegan adolescentes «más jóvenes» que pueden caer en el «desarraigo», por lo que la Diputación seguirá instando a la Subdelegación del Gobierno a potenciar el reagrupamiento familiar. En este campo, «Madrid es la comunidad que más resultados ha conseguido, mientras que en Vizcaya son casos contados», dijo Aburto. Además de impulsar esta medida, «es probable que tengamos que tomar algún otro tipo de decisión» como «buscar nuevos centros», añadió.

Aunque no concretó qué tipo de instalaciones, todo apunta a que se abrirán más pisos de diez o doce plazas en lugar de grandes alojamientos, más proclives a los conflictos. En las viviendas residen los chavales que ya están inmersos en un proceso de integración, lo que permite liberar plazas en otros recursos. La puesta en marcha de un gran albergue contribuiría a alimentar además el ‘efecto llamada’.

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