Los marineros del 'Conakry', detenidos al salir de prisión
La Policía los esperó en la puerta para internarlos por estancia ilegal
Canarias 7, , 02-03-2007
Las Palmas de Gran Canaria
Poco les duró la alegría de su absolución del viernes pasado. Extranjería detuvo el sábado a los marineros del buque negrero ‘Conakry’ cuando salían por la puerta de la prisión. El cargo, estancia ilegal en España. De Salto del Negro pasaron a Barranco Seco.
Los 18 marineros del Conakry absueltos el pasado viernes por la Audiencia Provincial de Las Palmas fueron detenidos el sábado cuando abandonaban la cárcel tras tres años en prisión preventiva por estancia ilegal en España. La Brigada de Extranjería de la Policía Nacional los llevó de Salto del Negro a los Juzgados de Granadera Canaria, y allí el juez de guardia les abrió un expediente de expulsión por estancia ilegal en España y ordenó su internamiento en el centro de extranjeros de Barranco Seco.
La peripecia de los 18 tripulantes del barco negrero es insólita en la historia de la inmigración ilegal. Viajaban por aguas internacionales ?a 60 millas náuticas al suroeste de Gran Canaria? con 150 inmigrantes hacinados en condiciones inhumanas en las bodegas del barco cuando un buque de la Armada española acudió en su búsqueda y obligó al capitán ?que murió en prisión? a poner rumbo al puerto de La Luz y de Las Palmas.
Sin jurisdicción
Los marineros fueron ingresados en prisión provisional el 2 de enero de 2004. El pasado viernes, cuando se superaban ya los tres años de prisión preventiva, acudieron a la Audiencia Provincial para ser juzgados, pero la Sala estimó la cuestión previa planteada por la defensas en referencia a la falta de jurisdicción de la Justicia española para juzgar delitos cometidos fuera del territorio y las aguas nacionales ?que van desde la costa hasta las 12 millas? y dispuso su libre absolución y su inmediata puesta en libertad.
La escena de los marineros dando gracias a Dios en el banquillo fue reproducida por este periódico al día siguiente, sábado. En la Sala se les dijo que quedaban en libertad pero que debían de subir a prisión a la espera de que se tramitara el papeleo burocrático y la devolución de los efectos que se les habían requisado a su llegada a Las Palmas. Era cuestión de horas. El sábado por la mañana, los 18 marineros salían tan felices por la puerta de la prisión provincial de Las Palmas con su orden de libertad en la mano. Les despedía un funcionario de prisiones y les esperaban, más allá de los barrotes, varios agentes de la Brigada de Extranjería.
Más información en el periódico CANARIAS7
(Puede haber caducado)