Los asiáticos pagaron el doble a las mafias de la inmigración
La Voz de Galicia, , 02-03-2007Los traficantes de personas no hacen seguros de viaje. Cuando un avión, un tren o un crucero suspende su travesía y debe volver a puerto, los pasajeros tienen derecho a la devolución del billete o a obtener uno nuevo para cubrir el trayecto otro día. Los cerca de trescientos asiáticos que viajaban en el Marine I no tuvieron tanta suerte.
El portavoz de una oenegé desveló a La Voz un nuevo dato sobre la falta de escrúpulos de las mafias que operan en el África subsahariana. «Los inmigrantes que ahora están en Nuadibú pagaron el doble de lo normal por el viaje», explicaba esta fuente. El motivo: a finales del año pasado ya habían intentado alcanzar España a bordo de la ruinosa embarcación, pero fueron interceptados a poca distancia de Cabo Verde y obligados a regresar a puerto, Conakry. Lejos de reembolsarles el dinero abonado, los traficantes les ofrecieron un nuevo intento para llegar a Europa en el mismo buque; aunque antes debían de volver a pagar lo acordado para la primera tentativa.
Los ciudadanos asiáticos tuvieron que conseguir, por segunda vez, los entre 500 y 900 euros en los que las mafias fijaron el precio por una plaza en la embarcación atestada de gente.
El desenlace del segundo intento fue el conocido. Los servicios de vigilancia, que no habían perdido de vista el Marine I durante su estancia en Guinea, abortaron este segundo intento y cerca de trescientas personas siguen encerradas en un hangar del puerto mauritano de Nuadibú, en una situación que la delegada de la Cruz Roja en la zona, Olga Martín, define como «desesperante».
Una desesperación que, tras 18 días hacinados, motivó las primeras solicitudes de repatriación voluntaria de cerca de ochenta ciudadanos indios – además, los 35 subsaharianos que iban en el buque fueron devueltos ayer a Guinea – . Para el resto, la situación podría ser más complicada: «Creemos que más de cien de los que pensamos que venían de la India son en realidad de Pakistán. Ahora habrá que reiniciar los trámites con ese país y eso llevará tiempo», explicaba ayer el responsable en España de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), Manuel Pombo.
Asilo político
A su juicio, en este caso el Gobierno español «ha actuado como un caballero, no permitiendo que los inmigrantes queden abandonados a su suerte». Pombo comenta una situación todavía más peculiar que se ha dado entre los sin papeles interceptados: «Tenemos otro grupo de 35, llegados de Sri Lanka, Myanmar y Afganistán que han pedido asilo político. Los primeros serán pronto repatriados, pero en Myanmar hay un conflicto armado que desaconseja su repatriación y en cuanto a los afganos, hasta hoy [por ayer] no hemos localizado un traductor de pastún que se encargará de interrogarlos por videoconferencia, así que ni siquiera habíamos conseguido explicarles cuál era su situación».
Tanto la delegada de la Cruz Roja como el responsable de la OIM señalaban en conversación con La Voz las dificultades que entraña el largo viaje desde Asia hasta la costa africana para emprender la travesía hacia España. Olga Martín desvelaba un dato interesante aportado por el pasaje del Marine I . En la India es casi siempre la misma agencia la que se encarga de facilitar los pasajes hasta Mali, vía Dubái. Desde allí, pasarían hasta Guinea, un punto donde, al igual que en Costa de Marfil, los traficantes de personas operan con casi total impunidad en medio del caos político reinante.
Si tienen dinero suficiente logran una plaza en una embarcación para tratar de llegar a Europa; si no, deben ganarse la vida y son explotados por pequeños empresarios en los países de paso. «La OIM ya ha repatriado a unos 65.000 asiáticos desde Mauritania y Senegal – precisa Pombo – . Descubren que no hay posibilidad de éxito y vuelven a casa con las manos vacías».
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